El Gecko Leopardo

Para tener un réptil como mascota ya hemos precisado los aspectos especiales a considerar, independientemente del tipo que elijamos. Entonces si te decides por un Eublepharis macularius, conozcamos ahora cuales son sus cuidados específicos, junto al Dr. Gustavo Valenzuela, Especialista en Animales Exóticos de Cris&Becker, Concepción.

El Gecko Leopardo, Eublepharis macularius, es un atractivo reptil oriundo de Medio Oriente y, tal como se dijo en la edición anterior de SMA, ideal para principiantes por su fácil cuidado y temperamento tranquilo. A diferencia de otros Geckos, poseen ojos con párpados verdaderos y dedos con garritas. Generalmente son de color claro con manchas oscuras y de aquí el apelativo de Leopardo, aunque al nacer son franjas (ver foto). Actualmente existen muchas mutaciones de color, llamadas fases.

Su terrario debe tener poca humedad, pero no pueden prescindir de ella, de lo contrario, presentarán problemas de muda, lo que se conoce como disecdisis. Para evitarlo, basta colocar agua en un pequeño pocillo que permitirá ir humedeciendo el aire lentamente al evaporarse, pero debemos renovar diariamente para que no se contamine. Tenemos que crearle refugios para que descansen durante el día, pues son nocturnos. Lugares que, además, evitarán el estrés y las peleas por territorio.

Lo ideal es un terrario de 100x40x30 cm para un trío de un macho y dos hembras, nunca tengas más de un macho, son muy agresivos entre ellos. La ventilación es clave, la que lograremos manteniéndolo sin tapa, ya que son incapaces de trepar por vidrios como los demás Geckos, carecen de las típicas lamelas digitales, en su lugar, poseen pequeñas garras.

Ambiente y Alimentación

Debemos poner atención con el sustrato (superficie en la que vive un animal), buscando uno inocuo y de tamaño adecuado que evite la ingesta accidental. Te recomiendo la fibra de coco y la arena para reptiles, de aseo diario, retirando las heces, el alimento sobrante y las partes que se hayan ensuciado. Su renovación total deberá ser semanal.

Aunque lo más imperativo es mantener una temperatura de 28 – 30º C durante el día y 20 – 22º C durante la noche, (constante en el año, pues no deben hibernar), también es relevante mantenerles una fuente de radiación ultravioleta con espectro UVB y UVA que garantice la absorción de calcio y una conducta normal, respectivamente. Ampolleta situada entre 30 a 40 cm del suelo y cambiándola cada 6 a 12 meses, la calidad de la radiación se deteriora con el tiempo.

De alimentación básicamente insectívora, podremos encontrar pellet especial y, atmabién, darles insectos como grillos, tenébridos, zofobas y tebos, pero nunca más grandes que la mitad de su cabeza, de vez en cuando un huevo duro y frutas dulces muy maduras. La cantidad de alimento, sólo la que pueda devorar en 15 minutos en una frecuencia de día por medio. Para saber si está bien alimentado, nos fijarnos en la cola que es donde almacena grasa, una gruesa nos indicará buena condición corporal, una delgada denotará desnutrición.

Para diferenciarlos por sexo fíjate que el macho posee poros precloacales que, en su conjunto, muestran una forma de V invertida (ver foto), además de un abultamiento en la base de la cola donde se alojan los hemipenes (órgano copulador propio de lagartos y serpientes).

Por último, no olvidemos que su cola es autotómica, es decir, se desprende cuando se siente amenazado, evitemos tomarlos de ella y disfrutemos con sus cuidados y observación.

 

Gecko leopardo

Nombre científico: Eublepharis macularius (Blyth, 1854)

Etimología: “Eublepharis” = párpado verdadero; “macularius” = manchado

Distribución: Irán, Afganistán, Pakistán y NO India

Humedad: 35-50% h.r.

Tamaño: 15-20 cm (máx.: 25 cm)

Peso: 50-60 g (máx.: 100 g)

Proporción machos/hembras: 1/2-4

Reproducción: Ovíparos (2 huevos cada 1½-2 meses)

Incubación: 1½-3 meses (enterrados)

Nacimiento: 8 cm y 2 g (separar de padres: caníbales)

Pubertad: 10 meses

Longevidad: 25 años

CITES: Sin categoría (ver edición anterior, p.33)

Foto. Recién nacido, las franjas oscuras serán manchas cuando adulto.

Foto. Poros precloacales de un macho

 

 

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