Pancho Saavedra: ¡Ningún Gobierno! Ni de derecha ni de izquierda, se ha sabido hacer responsable de los Perros Vagos

Rodeado por 17 perros conoceremos como durante su vida va forjando un sentimiento especial por la defensa de estas mascotas. Clave será una conexión más allá de los sentidos que refleja la vida después de la muerte, pero revelada en la acción de un perro.
Abierto, sencillo, fuerte y claro el animador de televisión que no deja de conquistar público, criticará también las actuales políticas de Estado para enfrentar la problemática de los animales vagos. Francisco Saavedra nos recibe en un lugar que habla de perros y hasta donde cada fin de semana se arranca para conectarse con su esencia. Un lugar, nos asegura, protegido por canes desde el cielo. Hasta ahí llegó nuestro Editor, Rodrigo Rincón y ésta es su historia.

Por fin está quieto, y desde el corredor de la casa de campo patronal en Rauco, Curicó, nos recibe relajado, afectuoso y transmitiendo alegría. Es que parece increíble lograr esta imagen de Francisco Saavedra cuando lo vemos moverse por Chile mostrándonos los más variados rincones, contándonos de su gente, sus costumbres, sus sabores, olores, colores, ruidos y silencios de esos lugares que, sin duda, hablan.

Lugares Que Hablan, su programa de Tv, no para de encender pantallas los días sábados en la señal de cable de Canal 13, tanto que pasó de las 14:30 hrs. a horario prime. Pero como su éxito no se detiene, desde el sábado 9 de abril se retransmitirá por la señal abierta de la estación del angelito. Todo un éxito que además de verse en la medición on line, también se palpa en los comentarios de las redes sociales, para quienes valoran esta instancia como un parámetro válido, pues, convengamos, no es una medición científica, pero influye en las decisiones editoriales.

Al interior de la casa de sus padres, sólo se respira ambiente familiar en una decoración cálida que cobija, el campo chileno se respira y se agradece. Tras cruzar el hall de acceso, living y comedor, accedemos a la terraza y su jardín que domina el poniente con una vista sin límite. Entonces, los perros parecen no terminar de aparecer y por poco creemos que sólo falta vengan corriendo de Cruella de Vil, pero no son 101 canes, sino sólo 17. Ese es el número al momento de la entrevista, pues ya descubriremos que en esta casa los perros llegan, algunos se van y otros se quedan hasta descansar en paz.

Para el popular y querido Pancho Saavedra, su historia de amor por los animales está marcada por Terry, Pastor Alemán con el que creció en la casa de sus abuelos, en Curicó, en la que vivió hasta los 17 años. Con él aprendió la fidelidad, la lealtad de estos animales y la atesoró para valorar las relaciones con estas mascotas. Es que como si fuera ahora a Pancho le brillan los ojos al recordar cuando su abuelo hacía sus rutinarias salidas a un restaurante a compartir con sus amigos y ”el Terry lo iba a buscar, llegaba al lugar y se iba con mi abuelo al lado, para que no lo asaltaran, como un guarda espalda. Era maravilloso”.

La magia de ese perro lo envuelve y con pena cuenta que un día simplemente desapareció. Tras salir de casa en busca de una perra en celo, Terry nunca más regreso. A esta importante pérdida le sigue el cambio de ciudad y vida, pues Francisco se va a estudiar a Santiago Comunicación Audiovisual y en casa sólo queda la perra Agustina, una Siberiana a la que comienza a ver sólo los fines de semana, pero con el tiempo el número comienza a crecer.

“Entonces yo los veía sólo los fines de semana y los que se llevan la pega acá son Luis, mi mamá y mi papá. A mí me relaja mucho estar con los perros cuando vengo a Rauco, de hecho siempre trato de dormir con ellos (se ríe). Mi mamá se enoja, porque meto a los salchichas ahí en la pieza o a la Quely. Los voy metiendo porque me encantan los perros, no así los gatos”.

¿Cómo así?

Tuve un gato una vez, pero por esas cosas de la vida les agarré un poco de miedo. Lo tenía aquí en Santiago y un día estoy bajando con él en el ascensor y parece que le dio miedo y se me colgó y me agarro acá, la cara, y me tuvieron que poner 2 puntos. Y yo veía que salía la sangre, la sangre, la sangre. De ahí que yo quedé como traumatizado con los gatos y dije: no más gatos.

¿Y qué te pasaba con el hecho de estar en Santiago y no poder verlos?

Es que a veces le decía a mi mamá que ganas de tener un perro en Santiago, pero como vivo en departamento, creo que es irresponsable tener un perro en esas condiciones. Me gusta verlos acá, al aire libre, que corren, que no están en un espacio de encierro. Encuentro que esta cosa de mascota encerrada en un departamento es una maldad. Porque yo no podría estar, así es que por un tema de responsabilidad decidí no hacerlo, porque no puedo dejar al perro solo, botado, no puedo hacer eso.
Yo creo mucho en la Tenencia Responsable, tengo la sensación que sería un crimen tener un perro dentro de un departamento. Tengo amigos que tienen salchichas dentro del departamento, pero es porque tienen tiempo. Yo no tengo el tiempo de sacarlos a pasear. Entonces mi espacio de desconexión lo hago en esta casa, que es la casas de mis papás, aquí puedo disfrutarlos, aquí duermo, descanso. Lo único que hago es mal criarlos igual que mi hermana. Porque acá todos saben perfectamente las medidas de las comidas, no yo. Yo llego y les doy a cualquier hora, voy al supermercado y les compro galletas y tonteras como que los crío como cabros chicos.

¿Hay algún episodio que marque tu relación con los perros?

La vida con las mascotas la relaciono mucho también con la casa de mi abuela donde tuvimos al Toby que lo tenía una tía hermana de mi madre que se murió de cáncer. Cuando mi tía fallece, el perro estuvo 20 minutos pegado mirando un punto fijo en el techo, fue muy impresionante. Se dice que ellos ven, perciben muchas cosas más que las que nosotros podemos ver, una sensibilidad especial. Y cuando ella muere, yo creo mucho en las almas de las personas, el perro hizo un recorrido con su vista, así ta-ta ta-ta-ta-ta (nos muestra como siguiendo una secuencia hacia el techo), luego bajó y estuvo en el living mirando el techo durante 20 minutos. No, si fue muy fuerte, fue muy impresionante.

El relato conmueve al equipo, la carne se pone de gallina y se lo confesamos, el silencio se apodera unos segundos que se hacen pausados. Las mascotas vuelven a demostrar por qué relacionarse con ellas es una conexión que cautiva. Más aún cuando nos comenta que la noche antes de esta entrevista durmió en la casa de su abuela en Curicó, casa en la que vivió hasta los 17 años. Oportunidad en que alojó en la pieza de su tía “y el Toby se tiró a dormir ahí y vi como olía las cosas, como que se nota que la echa de menos”.

¿Y cómo de 2 perros se llega a 17?

Porque alguien regala un perro y otros empiezan a llegar de la calle o ¿no Flaco? – Pregunta a Luis, quien trabaja y vive en casa, quien asiente de inmediato, atento al relato durante toda nuestra conversación, casi como un fiel edecán de Pancho.- Y así, entre Luis y mi mamá, que los ven (a los perros abandonados) fuera de casa y dicen ‘que cómo lo van a dejar así, que ese perro está botado, que está cojo, que enfermo…’ Por eso hemos tenido todo tipo de perros enfermos o ¿no? Una vez tuvimos uno negro que lo atropellaron acá afuera. Hubo que amputarle la mano, luego se recupero y después se fue. O sea como un hospital… Todos reímos.

El hogar de reposo, el hospital de perros, la casa de acogida de los Saavedra parece que es conocida por los ciudadanos perros. Como si se pasaran el ladrido van llegando a pedir auxilio y hoy el número llega a los 17, y que si hablamos de cuentas la suma no termina y se necesita contador especial para esos costos en casa. Pero, claramente, el negocio familiar de las reconocidas Carnes Herrera, logra la magia, unido a la atención Veterinaria del Dr. Claudio Bonati de Curicó, Círculo SMA. Clínica con la que tienen cobertura total, “de hecho la Rita (salchicha herencia de la tía), una persona no la vio y la pasó a llevar con una rueda del auto, estando preñada. Entraron a operarla y nos dijeron que lo más probable es que las crías se murieran. Intervienen su pata y le dejan puestas unas cosas con unos fierros y se han salvado los 4 cachorros, regalamos dos. Y después de la operación le están poniendo células madre en la pierna, gracias a los profesionales de esa Clínica”.

¿Y de todos hay alguno con mayor cercanía?

La Quely (Pastora Alemán), me gusta mucho, porque fue regalada con mucho cariño para hacer un remate solidario de María Ayuda en Curicó. Cuando muestran sus fotos en pantalla, mi mamá dice ‘¡ya! yo la remato’. Y la remató en 250 mil pesos, con todos sus papeles. Después la pasé a buscar a Santiago y vomitó toda la camioneta. Y esa perrita maravillosa ¡empieza a crecer! ¡empieza a crecer! y tengo la sensación de que siempre se acuerda de esa conexión. Hace lo que yo quiero, juega conmigo y hacemos cosas juntos. Sin duda tengo una relación muy estrecha con ella.

¿Cómo valoras las políticas públicas en el tema animal?

Creo que deberían existir más políticas acerca del derecho de los animales. No puedo creer cuando un municipio no se hace cargo de sus perros. Hace muy poco tiempo acá en Lontué hubo una matanza muy grande de animales y tú sabes perfectamente que después todos se lavan las manos, pero cuando encuentras 25 perros muertos, eso es terrible. Entonces me parece que el castigo para la gente que provoca este tipo de daño en los animales es muy menor. Y la opción de eliminar a los animales vagos, no, de verdad, lo encuentro horrible.

¿Cómo valoras la relación de los niños con animales?

Los niños deberían tener siempre un contacto cercano con animales, porque se relacionan de una forma en que aprenden a respetarlos y es una conciencia que va creciendo. Cuando entiende que es un ser vivo, que respira, come, sufre, que lo pasa bien y que son leales, fieles.

Y ese respeto, a la larga, ¿crees lo va a traspasar a otras cosas?

Yo digo que todas las luchas siempre son así. Para que el futuro cambie, para que las cosas cambien, todo parte en la casa, la educación en la casa… ¡Mira como me pone la pata!
Pancho interrumpe el relato y se ríe como lo conocemos en televisión. Está eclipsado por su perro Toribio que durante toda la entrevista no se aparta de él, dando y buscando cariño. La escena se roba la entrevista y parece que explica todo. Entonces se levanta y exclama “me van a retar” mientras alcanza un pedazo de kutchen que había para compartir junto a las bebidas que su madre nos sirvió, y se lo da en premio al regaloneo que no para.

En este respeto, hay quienes se van al extremo, ¿lo compartes?

Yo creo en el respeto a los animales, en el respeto profundo a los animales, pero no me gustan las organizaciones extremistas, creo que todos los extremos son malos. Creo que de verdad hay gente a la que se le pasa la mano y esas cosas no me gustan.
Grabando Lugares Que Hablan, me he enfrentado no solamente con el tema de los perros sino con el tema del rodeo. Ésta es una zona huasa y a mi no me gusta el rodeo, no, yo no estoy a favor del rodeo, me provoca resquemor muy fuerte. Pero, por ejemplo, ahora estuve en el sur en una minga, con gente que me decían que ellos no tenían sueldo, que ellos viven de la tierra y para poder arar la tierra necesitan los animales, la yunta de bueyes. Y mucha gente cuando ve como los amansan dice que ahí hay maltrato animal.

Entonces cómo le vas a decir a esta persona ‘¡oiga! esto que está haciendo usted es maltrato animal’ Y ellos, la gente del campo son claros y te dicen, ‘pero yo no tengo para comprar un tractor para arar la tierra y a nuestros animales los cuidamos durante todo el año’. Entonces, el campo chileno tiene una realidad muy distinta y que los animalistas extremos no han sido capaces de distinguir. Una cosa es el huaso cuico que va al rodeo y otra el que vive del trabajo con sus animales.

Creo en el respeto a la vida, no sé si la vida de un animal vale más o menos que la de una persona, yo creo que todas las vidas valen. Por algo es un ser vivo, por algo está acá y por algo sufrimos tanto cuando se van. Allá atrás están enterrados todos los perritos y siempre se entierran acá. Al de la calle se le da un entierro digno. Mi mamá dice:¡ mándalo envuelto en su chal, con su juguete! y se le reza, se le llora un rato, es todo un ritual. Mi mamá es católica. Es que estos perros creo que llegaron a darle vida de alguna manera a esta casa. Esta casa no sería la misma si no fuera por estos perros.

¿Qué falta en Chile en el tema medio ambiental?

Es legislar y de verdad. Yo creo que para un político la vida de un animal no importa, yo creo que ellos, no quiero generalizar en todos los políticos, pero tengo la sensación que hay muy pocas políticas acerca del cuidado de los animales, hay muy poco legislado. Por ejemplo la responsabilidad que debiesen tener los municipios con el tema de los animales abandonados. Estuve en New York y da gusto, tienen su lugar para hacer caca, tienen los parque para perros, etc. Está claro que el estatus de vida allá es mucho más alto, pero aquí, créeme, que perfectamente se podría invertir muchísimo más. Ya que se invierte en tanta tontera se podría perfectamente invertir en tener estas guarderías, estos lugares que no permitieran que existiesen perros abandonados. Es que si hay un sufrimiento que me provoca dolor es ver a los perros tirados en la calle. No puedo entender que las municipalidades de Chile no se hagan cargo de esos perros, de poder tener un programa de esterilización, de cuidado, de adopción.

Entonces al conocer su crítica constructiva, su enfado por la responsabilidad de las autoridades y valorando su ubicación como comunicador que recorre Chile, nos ratifica que las políticas de Gobierno para enfrentar la problemática de los animales vagos no están siendo comunicadas. Él se asombra de saber que existe el Programa de Tenencia Responsable de Animales de Compañía, PTRAC, con esterilizaciones masivas por municipios.

Lo que pasa es que puede existir un programa de esterilizaciones, pero la información no le llega a todo el mundo, no todo el mundo sabe, no todos saben acerca de, entonces cuando la gente no sabe es tremendo; es tremendo porque cómo le comunicas a la gente y ahí creo que es responsabilidad de las municipalidades y del Gobierno.

Es que efectivamente existe ese programa y se conoce por las siglas de su largo nombre, PTRAC.

Entonces no está comunicado, no se entregó el mensaje. Entonces la campaña no está bien hecha, la campaña está mal hecha, la campaña no cumplió con sus objetivos y se gastaron millones que, quizás, se podrían haber invertido en crear lugares en las municipalidades donde pueda haber una camioneta que recoja los perros, que haya un Médico Veterinario de planta, que exista un control de cuáles son estos perros callejeros, que tengan sus vacunas, un programa de adopción guiado, se me ocurre.

Me parece que ¡ningún Gobierno! ni de derecha ni de izquierda, se ha sabido hacer responsable de los perros vagos. No son capaces de hacerse responsable de la salud de los chilenos… Y eso es lo que me da lata.

Cuando aquí, humildemente, llegan los perritos, aquí cumplen su ciclo y se van para el otro mundo. Entonces entran otros, por eso creo que esta casa está como bendita, porque yo creo que todos los perros se van al cielo y creo que desde arriba cuidan esta casa.

Seguro lo hacen y con la ayuda de 17 en la tierra, porque a la fecha es la única propiedad que no ha sido asaltada. La casa de campo de Pancho proyecta tranquilidad, un lugar que habla de la unión entre el ser humano y los animales.

rodrigo_rinconRodrigo Rincón González
Director Editor / Periodista
Master en Ciencias de la Información
Universidad de Navarra
Prensa / SMA
rodrigorincon@supermascotas.cl

Francisco Saavedra
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