Están en peligro y con ellas, se advierte, nosotros mismos. Tal es la importancia de las abejas en el proceso de la agricultura y, por ende, en nuestra supervivencia como especie. Sin embargo, su tamaño y el silencio de su accionar, impiden que nos detengamos y demos valor a su función. Entonces sorprende poder encontrar un museo de las abejas. Vamos a conocer El Hogar de las Abejas, gracias a nuestra Periodista, Rocío Cervera.

Nos trasladamos hasta la localidad de Salsipuedes, en Las Sierras Chicas de Córdoba con cerca de 7 mil habitantes. Ahí y en medio de un escenario bucólico nos recibe el apicultor, Eduardo Ignacio Gaitán, quien durante 38 años da vida al Hogar de la Abejas, como es conocido su museo, único en Argentina. De familia dedicada al rubro (150 años), Gaitán, además poeta y pintor, concibe la idea de crearlo movido por el agradecimiento de tres generaciones a este complejo grupo del reino animal.

Especie que trabaja hasta morir, sucumbe de cansancio, pero la abeja no lo hace para ella misma, sino para la posteridad. Acción silenciosa que se pierde en la historia, pudiendo encontrarse rastros de su importancia en los egipcios, en cuevas, e incluso en los libros del Antiguo Testamento que hablan de las bondades de la miel.

Desde entonces las formas de recolección han sido tan variadas como las especies existentes. Sin embargo, hay un antes y un después, cuando en 1851 el apicultor, Lorenzo Langstroth, idea el tipo de colmena De Cuadro Móvil, forma de cosecha que, desde esa fecha, es la más utilizada.

Esperanza Más Allá del Museo

En estos tiempos, el problema más grave que existe para esta especie, es la Soja de la familia de las leguminosas (soya). El boom de esta plantación copó las zonas rurales y su cultivo involucra el uso de insecticidas lo que causa grandes pérdidas de colmenas que van a libar (chupar el néctar) en ellas para generar su preciado producto, proceso en que polinizan y fortalecen nuestros cultivos.

“El polen contiene 11 aminoácidos, es completo en minerales y en vitaminas también. Es ideal para quienes tienen gran desgaste físico. Por otro lado, la jalea real es un reconstituyente general de excelencia. Es el único alimento que consume la reina, que sufre el deterioro por la colocación de 2000 a 4000 huevos diarios”, nos cuenta, Eduardo, en un relato que envuelve.

Aunque introducidas en nuestro continente por los conquistadores, hoy existen innumerables variedades de razas en toda América. La que predomina en estas latitudes es la llamada Criollita, que es de un tipo mestizo, tal como se muestra y explica en este llamativo museo de las abejas, donde los objetos que lo forman “llegaron casi como por arte de magia, pero también por colaboración de gente que se interesa en la causa.”

Y al igual que las abejas, Ignacio no se rinde, su tarea no termina con dar vida a este museo: “¡No! Esto recién empieza. Decidí sugerirle a mi yerno poner una escuela y actualmente estamos formando la novena promoción de apicultores, con chicos que ya están viviendo de esto. Estoy agradecido.” Sin duda su cercanía con este preciado insecto lo ha picado al punto de no trabajar por él sino para el resto, entregando sus conocimientos que permiten pensar en una posteridad.

RECUADRO

Diseño Colmena Langstroth

– Tapa telescópica o cubierta

– Cubierta interior o entretapa

– Una o más alzas de madera, poliestireno, u otro plástico

– Excluidor (Opcional) de reina entre la caja de la cría y las alzas de miel

– Ocho a diez marcos, hechos de madera o de plástico, para la cámara de cría de la colmena y las alzas

– Láminas de cera

– Tablero inferior, con reductor de entrada (opcional)

– Cubierta interior

abejas

Contacto:

info@elhogardelasabejas.com.ar
Tel: +54 -03543 – 492447   //+54  03543 – 493557
Álvarez Thomas S/N Ingreso desde ruta E-53 por calle 25 de Mayo, Salsipuedes, localidad en Las Sierras Chicas de Córdoba

Rocío Cervera
SMA/Periodista
Córdoba
Argentina

Dirección con foto del museo:

www.revistachacra.com.ar/0/nota/index.vnc?id=587