Clínica y Farmacia Su Veterinaria: Miel, de la Mesa al Botiquín Veterinario
La Medicina Veterinaria no deja de sorprendernos y estas páginas con cada Edición no alcanzan para entregarte sus avances, sus descubrimientos, sus novedades. Junto a la Dra. Susana Pérez, Directora de Clínica Su Veterinaria, Círculo SMA, conozcamos como la Miel está siendo utilizada para la cura de heridas de nuestras mascotas. Extraordinaria terapia que la profesional utiliza con éxito en sus pacientes y fortalece su experiencia como Clínica, que ofrece la más completa Farmacia Veterinaria en Santiago.
Lo que por sabido se calla, por callado se olvida, la miel, cuyas propiedades medicinales se valoran desde tiempos ancestrales, mientras más se la estudia sólo suma y sigue.
Formada como Médico Veterinario, las heridas extensas son un gran desafío. Las secuelas de cirugía oncológica, trauma por arrastre contra el asfalto, mordeduras y quemaduras, entre otras causas, no sólo nos dejan sin suficiente tejido para cubrir el defecto, sino que, muchas veces, la contaminación de la herida nos impide resolverlo quirúrgicamente.
Así, con mi equipo Médico, aceptamos el desafío de usar miel de abejas en cura húmeda. ¿Qué es eso? La cura tradicional, “al airecito no más”, hace que se forme una costra seca, dura, que se retrae, agrieta, infecta, pica, duele y por eso incomoda; entonces el animal se lame, rasca o muerde agravando el problema. La cura húmeda, por el contrario, pone una interfase (parche) entre la herida y el aire, permitiendo que el agua que sale de la herida no se pierda y el calor corporal mantenga los capilares suficientemente dilatados para que las células reparadoras trabajen con comodidad. La curación húmeda no pica, no duele y es más rápida que la seca.
Aplicando la Miel
La miel contiene un 80% de azúcares (glucosa y fructosa) y un 20% de agua, es medianamente ácida y contiene agua oxigenada, una estupenda combinación antibacteriana. Contiene además sustancias que atraen las células reparadoras llamados factores quimiotácticos y de crecimiento tisular. En contacto con el agua que sale de la herida, la miel se disuelve lentamente ejerciendo su efecto protector por varios días. No toques el vendaje, por al menos tres días. Si el parche se seca, sólo mójalo con agua limpia, así evitarás que los bordes de la herida se peguen al parche. No te asustes por el intenso olor a húmedo, es normal.
Una vez retirado el parche, verás que sobre el defecto hay un tejido de color rojo intenso, muy brillante, el tejido de granulación. Protéjelo, no lo toques, sólo limpia con agua los bordes de la herida, donde el exudado se pega al pelaje. Entonces, vuelve a poner miel, generosamente, y proteje la herida, mantenla húmeda y abrigada.
Si tu mascota se incomoda y se quiere morder el parche, revisa que éste no esté apretado o incómodo, no debe doler ni picar. Si esto persiste, consulta a tu Médico Veterinari@.
Por su alto contenido de azúcar la miel se usa con precaución en casos de heridas muy extensas o en etapas más avanzadas de la cicatrización, pues tiende a deshidratar.
La miel, divino tesoro del Creador, rica y buena, no la olvidemos en la mesa ni en el botiquín Veterinario y por qué no, también humano.
Dra. Susana Pérez
Círculo SMA / Médico Veterinaria
Clínica Su Veterinaria
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