Muerte Ambiental que Anuncia el COVID
Crujen las ramas y hojas tras las pisadas de mis perros Kiko y Poli. Me siguen y al mismo tiempo lo husmean todo. Paseo por los bosques, fundamentales en los ecosistemas para la regulación y equilibrio en la generación y captación de gases de efecto invernadero, mal producto de nuestro desarrollo que ha causado el aumento de la temperatura desde el inicio de la Revolución Industrial. Además, estos perfectos hábitats permiten conservar el equilibrio ecológico en la generación de enfermedades: huésped, hospedador y medio ambiente. Aquí, en este mundo de vida, juegan un papel fundamental los hospederos, los reservorios y vectores como son la fauna, tanto de vertebrados como invertebrados.
Y tal parece que Poli y Kiko lo tuvieran claro, mucho más que nosotros, maravillándose en cada detención que hacen para meter su hocico, para restregar sus lomos, sus patas o langüetear algún centímetro de esta cápsula de naturaleza.
Lamentablemente, la crisis climática que arrastramos desde hace décadas, hoy se agudiza con el SARS-CoV-2 o Síndrome Respiratorio Agudo Grave Coronavirus 2 (COVID 19), el séptimo coronavirus que infecta a las personas.
Bosque y Vida
Es que con la actual tasa de deforestación mundial, hay una mayor fragilidad y se rompe el equilibrio biológico, provocando enfermedades. La interacción de agentes patógenos, reservorios, huéspedes susceptibles y el ambiente compartido por humanos y animales, conlleva la aparición de diversas enfermedades que, por sus consecuencias sobre la salud animal y humana, se convierten en serios limitantes para el bienestar. Sólo recordar que el código genético del COVID 19, más similar, corresponde a ejemplares de una especie de murciélagos. Es decir, es una transferencias de infección animal-humano o zoonosis.
Miro a Kiko y Poli y sé que tengo la fortuna de recorrer bosques nativos que ¡aún existen! Sí, debemos ser conscientes de ello, más aún si consideramos que el año 2020 sólo los trópicos perdieron más de 12 millones de hectáreas de cobertura arbórea.
Claramente, si continuamos con este sistema económico lineal que sobreexplota elementos naturales, consume y destruye, sólo nos llevará al inicio de muchas y nuevas otras cepas que surgirán por la transferencia desde animales que perderán sus hábitats, es decir zoonosis, con potencial de ocasionar pandemias. Una vez más de nosotros depende.
Dra. Ana Araneda
Biologa
Doctorada Ciencias Ambientales
Columnista SMA
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