Felinos Silvestres Chilenos: Nuestros Gatos Silvestres
Ruta rural en las cercanías de San Clemente, las luces del vehículo de Francisco Pulgar iluminan un animal malherido, sabe que se trata de uno especial el que, lamentablemente, muere a las pocas horas. El 3 de mayo la noticia corre en redes sociales, el felino del tipo Colocolo no era visto en la zona desde hace unos 20 años. Desde esta Edición aprendamos sobre los Felinos Silvestres Chilenos, junto a la Dra. Cynthia Salinas Lizama, Médico Veterinaria, Círculo SMA, Centro Veterinario Llacolen en Concepción.
En peligro se encuentran los cinco Felinos Silvestres Chilenos distribuidos en todo nuestro territorio y que se dividen en dos géneros: Leopardus y Puma. El primero es el más diversificado e incluye cuatro especies: Gato Colocolo (Leopardus colocolo), Gato Andino (Leopardus jacobita), Gato Güiña (Leopardus guigna), y Gato de Geoffoy (Leopardus geoffroyi). Mientras que el género Puma sólo incluye una especie a la que debe su nombre, el Puma (Puma concolor).
La principal razón del peligro que enfrentan es la pérdida y fragmentación de su hábitat causada por las modificaciones que hemos realizado en su entorno, como los grandes incendios de bosque nativo en Aysén, para la expansión agrícola y zonas de pastoreos del ganado. También se ven afectados por la reducción de sus fuentes de alimento. Es el caso del Gato Andino, predador especialista en Chinchillas y Vizcachas que han descendido drásticamente su población por la demanda de su piel. Luego, sin duda uno de los factores desequilibrante es la cacería que sufren por diferentes motivos: piel, protección, creencias religiosas o el ataque de otras especies ajenas a la cadena alimenticia, los perros asilvestrados.
Perseguidos Ayer y Hoy
Así, la fuerte explotación por sus pieles tiene como principal víctima al Gato de Geoffroy que, durante años, fue el objetivo de cacerías clandestinas. Además, todos estos felinos encuentran la muerte de mano de comunidades campesinas que los consideran un riesgo para sus animales de producción, tanto de aves de corral, en el caso del Gato Güiña; o del ganado, como el caso del Puma.
La caza tradicional también ha sido un factor importante en la disminución del número de estas especies. Se trata de la cacería debido a costumbres religiosas de los pueblos Andinos como el Aymará y Quechua que consideraban al Gato Andino y el Gato Colocolo animales sagrados, por lo que sus pieles eran utilizadas para atraer la buena suerte en cosechas y reproducción del ganado camélido.
Así en cada Edición iremos descubriendo a los Felinos Silvestres Chilenos junto a una ficha técnica, partiendo hoy con el Colocolo. Además, conoceremos medidas de conservación específicas con el fn de mitigar el impacto de las actividades humanas sobre su ecosistema. Queremos seguir educándonos y aportar al fortalecimiento de la gestión en áreas protegidas, para que en el futuro estos artículos sean la memoria de lo que no pasó, si no el zarpazo a una conciencia colectiva nacional que la hizo despertar justo a tiempo.
Legislación
Paradojalmente a la situación de conservación de estos felinos, Chile ha sido pionero en protección de fauna silvestre. En 1929 promulga la Ley de Caza, una de las más antiguas de Latinoamérica, estableciendo prohibiciones de caza para varias especies. El texto original ha sido actualizado por la Ley Nº19.473 de 1996.
El Gato Colo colo
NOMBRE: Leopardus colocolo. Se conoce popularmente como Gato de las Pampas o Gato de los Pajonales.
CABEZA: Rostro ancho y hocico pequeño. Nariz clara y generalmente rosada, orejas puntiagudas y oscuras en su parte trasera.
CUERPO: Tamaño medio de 28 a 35 cm de altura; Largo de 52 a 70 cm. Peso de 2 a 3.7 Kg. Hembras suelen ser más pequeñas. Extremidades robustas y relativamente cortas. Cola, por lo general, corta de 22 a 33 cm.
PELAJE: Muy largo, áspero y los pelos de la línea media dorsal alcanzan unos 7 cm., formando una cresta dorsal. Color Café, gris un tanto oxidado, puede parece un típico gato doméstico. Su distribución geográfica genera una importante variabilidad en su coloración, aunque en las subespecies que habitan Chile predominan tonalidades desde amarillento blanco a distintas tonalidades de grises, pero ventralmente siempre es pálida (blanca amarillenta), conservando bandas oscuras en extremidades. Distintos patrones de coloración, rayas o manchas de diferentes tonos o el dorso de un solo color. Siempre presentan anillos café en las patas y cola. Las hembras son más claras que los machos.
DISTRIBUCIÓN Y HÁBITAT: Presente en ambos lados de la cordillera de Los Andes, desde Ecuador y Brasil por el norte, pasando por Bolivia, Perú, Uruguay, Paraguay hasta la Patagonia Chilena y Argentina por el sur. En el norte se encuentra la subespecie Leopardus colocolo garleppi con un patrón menos rojizo que el de la zona central, prefiere lugares abiertos en la puna, estepa alto andina y precordillera. En la zona central está la subespecie Leopardus colocolo colocolo en ambientes de matorral, estepas y bosques abiertos. En el sur encontramos al Leopardus colocolo pajero en áreas de bosques de matorral, estepas, bosques húmedos y humedales. Domina gran diversidad de hábitats, desde el nivel del mar hasta los 4.000 a 5.000 metros de altitud en el altiplano de Argentina, Bolivia, Chile y Perú.
CONDUCTA: Habitos solitarios, terrestres y preferentemente nocturnos. Especie poligínica (macho con varias parejas sexuales), período de gestación de 80 a 85 días con parición de 1 a 3 crías una vez al año, las que acoge en cama de hierbas en pequeñas cuevas camufladas en el paisaje.
ALIMENTACIÓN: Casi exclusivamente carnívora. Principalmente pequeños mamíferos: roedores, conejos, liebres y marsupiales; y secundariamente, aves: zorzales, vizcachas y de tuco-tucos en el altiplano. En la Patagonia se registra consumo de polluelos y huevos de pingüinos. Puede también depredar sobre corderos recién nacidos, reptiles e insectos.
AMENAZAS: En el pasado, la cacería por su piel, principalmente en Argentina, más de 78.000 pieles exportadas entre 1976 y 1979. La caza en el campo, por considerarlo un riesgo para las aves de corral. Y la modificación de sus ambientes naturales y la presencia de perros en ellos. (ver pág. 12)
CONSERVACIÓN: La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, UICN, cataloga a la especie como Cercana a la Amenaza (NT) y está incluída en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, CITES. En Chile su caza está prohibida, se le considera con densidades poblacionales reducidas y en peligro según la Ley de Caza (N° 19.473). Se está proponiendo cambiar su categorización a Cercana a la Amenaza (NT). En Brasil y Argentina es considerada Vulnerable.
Dra. Cynthia Salinas Lizama
Círculo SMA / Médico Veterinaria
Centro Veterinario Llacolen
Pedro Aguirre Cerda #815 Fono: 41237 5274
centroveterinariollacolen@gmail.com
San Pedro de La Paz – Concepción