Al Rokero Periodista, Álvaro Paci: El Más Allá de las Mascotas que Inspira

Tras una triste Navidad, su adorado perro Cocki vuelve a casa y Álvaro se empeña en no volver a perderlo y hoy su hogar, en compañía de su esposa, está marcado por la presencia de Mascotas y el estrecho contacto con la naturaleza.

El destacado conductor de Canal Trece, Radio Futuro y legendario rockero de la Banda Enigma se declara agnóstico, pero fuerte creyente en las energías espírituales de las Mascotas y humanos. Energías de las que conoceremos y entenderemos como han sabido dar forma al destacado profesional de noticias y músico de Heavy Metal.

El agradable silencio que arropa las primeras horas de un fin de semana se deja sentir y se prolonga por el aire de Ñuñoa. Cualquier ruido puede aumentarse por diez y nadie quiere romperlo, es que ese silencio también multiplica el descanso, aunque sea con los ojos abiertos. Entonces, muy a lo lejos, un suave zumbido comienza a crecer. Cadena y pedales, bajo la destreza conducción de un niño de diez años, permiten dominar curvas y rectas. Pasados los segundos, el ruido de pezuñas y patas también se deja distinguir de ese inicial zumbido que hizo desvanecer la calma del barrio.

El pequeño Álvaro Paci tiene una misión clave entregada por su padre, luego que la Mascota del hogar, el Cooker Spaniel, Cocki, estuviera desaparecida por muchos días, incluida la Nochebuena: “¡este gallo estaba en algún lado, en la casa de alguna perrita! Mañana, hagamos una cosa, suéltalo y síguelo en bicicleta”. Cuál futuro reportero de Teletrece, Paci no le da tregua por calle Dublé Almeyda. Su bicicross y su técnica de carrera las pone a máxima prueba. Última curva y su Cocki acelera, seguro de que lo perderá, pero Álvaro, logra casi pisarle la cola frente al portal de una casa y escucha desde adentro, “¡¡¡Charlie!!!, ¡¡¡Charlie!!! ¡¿Dónde andabai?!” Con la misma cara de sorpresa de esos años, Álvaro continúa la historia: “Y yo, ¡¿queeé onda?”. El relato saca risas a todo nuestro equipo y el desenlace, aún más.

De una infancia marcada por el contacto con las Mascotas, hoy el conductor de Teletrece Noche tiene un hogar junto a su esposa Carolina, también periodista, donde la frase los animales son parte de la familia se respira desde que Álvaro nos abre la puerta. A nuestra llegada salen al encuentro el perro Beagle, Doménico (15 años); la perra Renata, una Boyera de Berna (7 años) y, más tarde, se deja ver la súper vigilante del hogar, Isabella, gata recogida por su esposa en la corporación donde trabaja en Puente Alto.

“Para nosotros los animales son parte importantísima de nuestras vidas. Yo no concibo la vida sin tener, sin vivir con animales. Para mí es mucho más que una Mascota, es una energía que está siempre en torno a ti y que no te deja nunca. O sea, hace un par de años partió una Mascota, Rafaella, que es la primera vez que me toca (vivirlo, verlo). Porque cuando era chico, teníamos un Cocker Spaniel, que se llamaba Cocki, ¡que es histórico! Él se fue a los 10 años, partió, nunca volvió, no lo vimos morir, nunca supimos que le pasó. Yo creo que se fue a morir fuera, para no hacernos sufrir. Siempre tenía la esperanza que en algún minuto volvería. En cambio la Rafaella, que es la hija de Doménico, partió hace un par de años. Le encontraron un tumor en el corazón y no hubo nada que hacer, nos dijeron va a vivir máximo 3 meses y vivió los 3 meses, vivió todo lo que pudo, no se quería ir”, lo recuerda con pesar.

“Yo la siento con nosotros hasta ahora, siempre. Entonces, te digo, es un energía que te acompaña cuando están contigo, por supuesto, incluso cuando ya se van. Yo no soy creyente, soy agnóstico, pero siento que te acompañan. Igual lo siento de mis seres queridos, familiares que han partido. Yo los siento muy cerca y con los perritos lo mismo. Es una entrega distinta, nosotros no tenemos hijos por decisión propia. Sabemos lo importante que son los hijos para nuestros amigos, sabemos que es lo más importante en sus vidas y lo respeto muchísimo, pero yo no estoy de acuerdo cuando la gente, de alguna manera, dice reemplazaron a los hijos por los perritos. No, es distinto, es una cosa distinta, es una entrega distinta. Levantarte todos los días, ver esa incondicionalidad, ver ese cariño, esos ojitos que te miran y que transmiten todo. Con ellos me entiendo perfecto, yo los miro, sé lo que les pasa, mi mujer también, por supuesto, con  mayor razón”.

¿Ambos no son creyentes?

“Ella sí, ella es católica”.

No eres creyente, pero, sin embargo, tal vez, las Mascotas, te han hecho creer de otra forma, porque me dices que están, que sientes su presencia al igual que con tus familiares que se han ido. Entonces ¿cómo defines ese no creer? Porque, sin duda, estás creyendo en algo.

“Claro sí, por supuesto, es que mira, Ateo para mí es negar la existencia de Dios, Agnóstico, es alguien que todavía no ha tenido el contacto, pero está  en búsqueda de alguna manera. O sea, a uno le encantaría creer también, yo estuve una formación católica, estuve en un colegio católico, pero después hubo un quiebre con la religión y todo”.

Suele ocurrir.

“Sí, suele ocurrir. Entonces de que existen energías, de que existen cosas que van más allá de lo que uno ve, eso yo lo tengo clarísimo, en eso yo creo fehacientemente. Lo que pasa es que no está agrupado en una religión, seguramente hay cosas del Budismo que me hacen sentido, cosas del Hinduismo que a uno le hacen sentido, también del Cristianismo, pero claro como una religión estructurada, una iglesia, no, no”.

¿Las Mascotas te llevan a esto?

“Me llevan claro, a una cosa más espiritual, mucho más espiritual, a una energía, a sentirlos de otra manera, a entenderlo de otra manera. Cuando se fue la Rafita, o sea, se manifestó de mil formas, fue una cosa ni siquiera interpretable. Caminaba por un lado de la casa y se prendían luces, se activaba la alarma, se sentía la presencia, ¡cachai! Como que no se quería ir y lejos de asustarme, me encantaba que pasara eso, me encantaba que se estaba comunicando con nosotros”.

¿Cuánto tiempo duró eso?

“Como unos 6 meses y de pronto dejó de ocurrir. Coincidió cuando llegó Isabella, la gata, que también es una historia bonita. Porque yo siempre quise gato, mi mujer no, pero claro, cuando ella ve, cuando parte la Rafa, que empezaron a aparecer las ratas, yo le dije: acá estamos en desventaja respecto de los vecinos, tenemos que tener un gato”, se ríe consciente de su segunda intención.

¿Esa fue la negociación?

“Esa fue la negociación -vuelve a reír- Y ¡nooo!, hoy día Isabella entiende que Carolina es su protectora, quién le cambió la vida, quien se la trajo y a mí me adora, pero con ella es una devoción ¡cachai! Entonces se adaptó súper bien, no se arranca, cuida la casa, patrulla. Yo siento que también nos cuida de las plagas y nos cuida de manera energética”.

Por eso dijiste, cuando hablaste de Isabella, que sabías que los cuidaba de otra formas, ¿a eso te referías?

“¡Sí, sí de varias maneras! Si los gatos, bueno, ustedes saben… Desde los Egipcios en adelante, por algo se han estudiado y en algunas culturas, son increíbles, tienen una conexión también tremenda. Claro, entre instintiva, animal, pero también una cosa espiritual, una cosa que detectan. De repente mi mujer se asusta, porque como que la Isabella está viendo cosas, yo le digo tranqui, son gatos, ven otras cosas que nosotros no vemos, cosa que probablemente en 200 años más, exista una máquina para que nosotros podamos detectar esta energía, pero ellos ya lo tienen”.

Y cuando te remontas a tu infancia ¿cómo vivías el tema de las Mascotas, los Animales?

“Bueno, vino de varias partes, de mi abuelita, de mis papás que son muy perrunos y en el fondo, nuestra familia entiende a los animales como parte de la familia y nunca fue la Mascota. En los 80, por ejemplo, claro, siempre fue como la Mascota, déjalo afuera, no te preocupes, es el perro no más… Eso ha cambiado radicalmente ahora, pero nosotros lo traíamos, desde siempre con perros y gatos principalmente. Aunque yo les tenía miedo a los perros hasta como a los 7 años, porque cuando era muy chico y vivíamos en San Miguel, un Pastor Alemán no me mordió, ni mucho menos, pero como que se me acercó intimidante y, lógico, yo lo vi gigante, me asustó y me traumó un poquito, nunca me voy a olvidar. Pero Thomás, un Terrier Chileno de un tío, que también tiene una conexión tremenda con la naturaleza, el tío Pancho, vive en el campo (Calera de Tango), tiene sus animales y nos inculcó esto. Y Thomás que era muy tranquilo, tenía un carácter increíble, un día, muy sabio, los perros son muy sabios, supo, cachaba que yo tenía miedo, y se me empezó a acercar de a poco y al rato ya lo estaba abrazando y ahí se me pasó el miedo y empieza este amor eterno por los perros”.

Además de esta maravillosa magia provocada por ese Terrier Chileno, ¿recuerdas alguna anécdota especial?

“¡O sea! El Cocker Spaniel, el Cocki, fue el perro de nuestra infancia. Él llegó el 84, yo tenía 9 años y se fue cuando yo tenía 19. Ése era a la antigua, ése se perdía 3 días y volvía, se crió en Nuñoa con mis papás. Para una Navidad se perdió como 10 días, ¡imagínate la Navidad! Nosotros tristísimos, pasó el 24 y el 25 y, al día siguiente, aparece como reptando ¡cachai! Sabiendo que se había mandado el condoro del año, entró muy chupado al principio y cuando lo vemos ¡¡¡Cocki!!!! Empezamos a gritar y como un príncipe, sacó pecho. Y mi papá me dice: ´este gallo estaba en algún lado, en la casa de alguna perrita. Mañana, hagamos una cosa, suéltalo y síguelo en bicicleta´. Yo de inmediato pensé, este gallo es rápido, así es que tengo preparada la bici… Dicho y hecho, rápido enfiló por Dublé Almeyda y yo detrás, y se mete al tiro a una casa, y escucho desde adentro ´¡¡¡Charlie!!!, ¡¡¡Charlie!!! ¿Dónde andabai?´ Y yo, ¡qué onda! Tocó el timbre: Oye no es Charlie, es Cocki y es mío… ‘Pero es que es el pololo…’ Y me muestran que se había cruzado durante 10 días con su perra y me dicen: ‘no, si ya lo habíamos adoptado’ ¡Nooooo na que ver, me lo llevo! Por supuesto, lo tuve que ir a buscar 20 veces a esa casa y al final onda que iban a llamar a las autoridades, estaban choriados. Fue bien loco”, las risas no paran.

Como profesional de las noticias ¿cómo ves, cómo valoras la evolución que en Chile ha tenido el tema de las Mascotas, la Tenencia Responsable?

“Lo valoro mucho, porque es como digo yo, un avance civilizatorio, claro, respecto a lo que teníamos, cuando la gente tiraba los perros, todavía existe, yo sé que todavía existe, pero de alguna manera ha cambiado. A la Isabella la fueron a tirar ahí en Puente Alto, donde trabaja mi mujer. Ya es como habitual que vayan a tirar gatos, cachorros y que sobreviven a la buena de Dios. Pero hoy eso ya se sanciona, la Ley Cholito y, además, existe como una sanción social. Hoy a nadie se le ocurriría dejar un perro encerrado en un auto, porque saben que le van a romper un vidrio, saben que hoy día la gente cuida las Mascotas, las Mascotas son de todos, si tú la maltratas viene una sanción social, que es mayor a la legal.

Antes alguien le pegaba una patada a un perro y no pasaba nada, era una cosa natural, hoy día ¡no! La gente se para, alega, ‘señora, ¡no le pegue al perro!’, ‘¿qué le pasa?’. Yo mismo he reaccionado. Sobre todo las generaciones más jóvenes lo tienen súper interiorizado, pero también los más viejos. Yo creo que de alguna manera se entendió que hay que cuidar lo que son nuestros hermanos menores, que nos acompañan tanto, que son la lealtad misma y que quien ha tenido una Mascota, sabe lo que significa y entiende que hay que cuidarlo de manera colectiva”.

Ves un avance, pero falta algo. ¿Qué falta? ¿Cómo mejoramos?

“Sí, falta. O sea a mí me parte el alma cuando voy en la carretera y veo perritos tirados. Ahí siento que todavía, en términos de control falta, de esterilización, también. Tiene que haber un trabajo permanente, ha mejorado mucho, que ahora es mucho más masivo, pero todavía uno ve perritos sin dueños, callejeros. Afortunadamente muchas veces las personas sin casa se hacen cargo y ahí hay una hermandad increíble, uno ve historias maravillosas, pero claro, no es lo ideal. Uno va a otros países y no se encuentran perros en las calles. Uno va a Valparaíso y es una locura, hay ciudades donde no hay ningún control.

Por eso pienso, por ejemplo, en Estambul, lo que hicieron con los gatos. Había gente que los consideraba casi una plaga, los alimentaban, pero los maltrataban, hasta que la gente se dio cuenta que eran parte de su idiosincracia, que eran animales que tenían una función, entre ello, los ratones. La autoridad asumió que no sólo había que cuidarlos, sino que tenían que fomentar la tenencia y uno se encuentra, entre comillas, con gatos callejeros en Estambul que están mejor cuidados que en una casa. Toda la gente los alimenta, toda la gente los cuida, hay rondas de Veterinarios, tienen sus chips, hay unas fichas. En fin, claro eso sería hermoso tenerlo acá más desarrollado”.

Y en esta evolución qué ves, ¿no consideras que, a veces, hay extremismos?

“Sí, por supuesto, es verdad. Todos los extremos son malos. O sea yo estoy a favor de que no haya rodeo. Eso no me parece un extremismo, me parece que es un maltrato, ahí yo entiendo lo de la tradición, pero tienes que poner en la balanza; para mí el bien superior es que no haya maltrato animal. Las carreras de galgos lo mismo, en fin, para qué decir las peleas de perros. Pero sí, claro, de pronto hay un extremismo, me parece, pero no es tan grande, es minoritario, ¿me entiendes? Y es como un costo residual. Si va a haber algo de eso, una parte más radical, si es el costo que hay que pagar por una mejora en el resto, no me parece que sea tan relevante”.

¿Faltaría una educación dirigida al respecto? Hoy no tenemos educación cívica.

“Creo que va también en los profes. En nuestros años uno tenía Ciencias Naturales, ese era el ramo, después venía Biología, Química, Física, en fin, pero yo recuerdo profes de Ciencias Naturales que sin que fuera parte de la malla curricular, te inculcaban el amor a los animales. Yo vivía frente al Colegio San Agustín y el Cocki se colaba en las clases, por supuesto, ¡si ese era un chucheta! Yo entraba a clases y se metía él y algún profe: ‘ya Paci, saca el perro’. Otro profe ‘que se quede’. Y se quedaba toda la clase. Entonces ya te inculcaban el cariño. No sé si tendría que ser parte de la malla curricular, probablemente sí, la parte más técnica de conocimiento, yo creo que es más una actitud hacia los animales, más cultural, más social”.

Te vemos en tu ambiente de hogar rodeado, envuelto en la naturaleza. ¿Cómo llevas eso en la vida diaria, con tu mujer, ustedes, se dan espacios para tener ese contacto?

“Bueno, nos cambiamos a este sector, básicamente porque queríamos más silencio, queríamos más tranquilidad. Vivíamos en Ñuñoa, que amo Nuñoa, más allá de todas las caricaturas que existen, yo crecí en Ñuñoa, creo que es injusto lo que se dice de los Nuñoinos.

Mis papás viven en Ñuñoa, me encantaba Nuñoa, yo vivía en Diagonal Oriente con Irarrázabal, pero de alguna manera el barrio fue cambiando. Era un condominio, pero tampoco teníamos tanto espacio para los perros y buscamos algo más tranquilo, despertar en la mañanas, que no hubiera ruido, sino pajaritos, eso es impagable. Entonces encontramos acá y fue casi como realismo mágico la forma en que llegamos, pero queríamos este cambio, más contacto con la naturaleza, más cerca de la montaña. No somos tanto de trekking ni mucho menos, para que te voy a engrupir, no somos muy deportistas, tampoco queda mucho tiempo, pero nos encanta salir a caminar, estar ahí, qué se yo, vamos a la quebrada de Macul, que haya parque, harta naturaleza, estas partes donde están las piscinas de decantación, un poquito más arriba”.

¿Y aquí lograron la cercanía con la naturaleza?

“¡Sííí! Una vez venía volviendo, mis horarios son tardes, y me crucé con un zorro, ¡un zorro! ¡Una cosa maravillosa! Y también una cosa absurda mía, el zorro me empieza a mirar, se para, yo paro el auto ¡y voy a tomarlo! ¡Ridículo! Una cosa irracional y arrancó. A parte soy de Cobreloa, entonces el zorro para mí era una señal ¡cachai! Justo después el Cobreloa subió, entonces yo dije era una señal… Ahora parece que vamos a bajar, pero bueno… ¡que se me cruce el zorro, es lo único que quiero! Álvaro lo dice implorando, mirando al cielo, tal vez, pensando en Rafaela.

Los vecinos que viven hace más tiempo, han visto búhos, culebras, que sé yo, una cantidad de animales, pumas; no tengo la menor duda de que bajaron, sobre todo en pandemia. Entonces, claro, estás más cerca, hay como una energía distinta, en eso creo mucho, en la energía que te dan la montaña, la naturaleza, los ríos”.

¿Cómo ves en Chile el tema del cuidado del Medio Ambiente?

“¡Uff, ahí falta harto! Como que se prenden las alarmas cuando ya estamos en la zona roja, cuando estamos llegando al límite. No podemos pensar en el futuro teniendo zonas de sacrificios. A uno le parte el alma ver Quinteros, Puchuncaví, todas esas zonas. En el norte también, donde la gente, claro, es bien, cómo decirlo, es bien maquiavélico lo que ocurre porque en el fondo, esta ecuación de que tengo trabajo, pero contamino… No contamino, pero no tengo trabajo, no sobrevivo, entonces la gente claro hacen estos referendum, estas consultas ciudadanas, ganan mayoritariamente estos proyectos que sabemos son contaminantes, pero la gente dice: ‘bueno, tengo que vivir de algo, sé que contamina, pero tengo pega’. Entonces, claro, tenemos que llegar a un equilibrio. Se ha avanzado harto en las energías renovables, energías limpias, es muy distinta la matriz de hace 15 años”.

¿Pasará todo, tal vez, por una presión social que pueda generar los cambios? ¿Dónde está la política del Justo Equilibrio: ni detenerse en el progreso, ni destruir los recursos naturales? Estoy hablando de Eduardo Frei Ruíz-Tagle, presidente.

“Exacto, exacto. ¡Tiene que estar más! Es más profundo el tema, el sistema político, digamos, está en crisis, estamos todos de acuerdo que hay que cambiarlo, que ya no da, que el que gane mañana va a tener a la oposición altiro mayoritaria, no va a poder aprobar los proyectos. Entonces, claro, es más de fondo, ponernos de acuerdo en cosas básicas. Tuvimos dos procesos fallidos (cambio de Constitución), para qué vamos a hablar de eso. Pero ponernos de acuerdo en cosas básicas, no sacamos nada con seguir exportando materias primas, si vamos a seguir envenenando el planeta y el país, eso no es sustentable y ahí hay que ponerse de acuerdo, esto no se toca, como se ha hecho en algunos puntos”.

¿Cómo llegamos a eso si, tal vez, capaz que en el WhatsApp de Hermosilla salga un mensaje a un alto cargo del Ministerio del Medio Ambiente?

“Seguro que sí, seguro que sí, es que ahí…”

¿El cuidado del Medio Ambiente pasará, finalmente, porque sea negocio para las empresas, porque el consumidor lo exige?

“También, claro,  de hecho internacionalmente se mide eso, las empresas que son más verdes en fin, los que aportan, pero yo creo que tenemos que ponernos de acuerdo como país y lo veo, hoy día, dificilísimo”.

Entonces y tal como lo abordas en tu programa T13 Finde ¿pasa por una cosa individual, qué es lo que nosotros, como individuos, podemos aportar para cuidar lo que nos rodea?

“Desde chico, pasa más por un tema cultural, social, de educación. De partida una conciencia distinta, que yo creo, la tienen los más chicos, lo que está cambiando, pero a la hora de los quiubos, cuando nos enfrentamos a un proyecto grande, tiene que haber un límite, márgenes, en el fondo decir: ok, usted puede hacer un relave, pero bajo estas condiciones, haciéndose cargo de esto sin afectar las comunidades. En fin,  es ahí donde se necesita esta política consensuada que hoy día no está. Sí, yo sé, parece ingenuo plantearlo, por eso te digo, es más profundo, sistema político, lo primero que tenemos que hacer. Mientras no tengamos una forma de darle gobernabilidad, de sacar adelante las reformas, no sacamos nada, porque no nos vamos a poner de acuerdo en esto”.

En Canal 13 iniciaste T13 Finde, como siguiendo la linea de Sala de Ensayo de Trece Cable. Contingencia donde abordas estos temas, unido a la cultura, la música y tu pasión, el Rock. Pero mucho, mucho horario, es un matinal el día sábado y solo. ¡Muy potente!

“Es de 8 a 13 hrs. Es potente, es largo… – El sencillo conductor, deja esbozar una sonrisa – Tiene cosas de Sala de Ensayo, pero los jefes del Departamento de Prensa me dijeron: ‘queremos tener un espacio el sábado que, obviamente, tiene que tener actualidad’. Finalmente es noticia, está bajo el paraguas de T13, ‘pero de una manera mucho más amable, distinta, más relajada’, fue la idea, porque el sábado en la mañana la gente se está organizando, está tomando desayuno, pensando qué hacemos en la tarde, qué hacemos mañana. Entonces fue ¿cómo lo hacemos para mezclar todo eso? y también está el tema de la música, que tú mencionas, que para mí es muy importante. Bueno, yo dije, son 5 horas, y en vivo, donde tenemos tiempo, pero hay que llegar a un equilibrio. Básicamente las primeras horas son muy noticiosas, porque, evidentemente, los viernes pasan muchas cosas en la noche, mucho policial; es difícil abstraerse de eso, pero después de las 11 de la mañana hay espacio para hablar de cine, de series, de música, que es lo que, obviamente, a mí más me mueve y de otros contenidos también: aparece la cocina, por supuesto, los animales, siempre, siempre.

Porque, inevitablemente, uno se va identificando con los animales, con lo que les ocurre, porque lo vives de cerca. Me pasó con Doménico y su soplo al corazón. Hay que llevarlo al cardiólogo cada 6 meses y los cardiólogos son escasos. Entonces tenía una hora a las 4 de la tarde y yo tengo después radio, tele, en fin… Entonces, ¡ya! lo llevo no más, pero fue  una cosa así que las circunstancias me llevaron y no alcanzaba a devolverme y llegué con él al canal y, por supuesto, generó todo una historia, se transformó en una ¡estrella!”

¿Fue medio problemático en el canal?

“No, no, no, fue casual, en el sentido que no lo planifiqué. Claro, yo creo que algún minuto pensaron que podía masificarse. Yo lo hice, porque  no tenía otra opción”.

Claramente se hizo carne lo de un miembro más de la familia.

“Exacto, exacto, no alcanzaba a volver”.

Teletrece Noche ¿cuánto llevas ya y cómo lo vives?

“Desde el 2018. Me han permitido modificarlo harto, o sea, antes era como un resumen y hoy día es prácticamente pura conversación, debates, entrevistas, columnas; es muy distinto a como era. Agradezco que también me hayan dado la oportunidad de hacer eso y tiene un público fiel, a pesar de la hora que va, va bien tarde. No pido que vaya a las 12 de la noche, pero yo creo que a la una, es una buena hora, pero estamos yendo pasadas las dos. Entonces, claro, se me hace complicado, pero, fíjate, que como va después del reality, ¡aguanta bien, aguanta bien!

Y, claro, cuesta soltar la guagua. Ahora cuando viene este programa T13 Finde, como que me plantearon la posibilidad de repente, de flexibilizar, no hacerlo tanto y yo ¡no pu! Lo defendí”, nos cuenta con orgullo, casi como cuando Cocki sacó pecho al reaparecer después de Navidad.

Y además tienes un espacio en radio.

“Radio Futuro de seis a ocho de la tarde, Palabras Sacan Palabras. Mezcla varias cosas, la Futuro por supuesto, la Radio el Rock, donde yo me siento en casa, me siento feliz. Es la radio donde siempre quise estar. Pero, claro, con contingencia, actualidad, pero un poco. Algo que siempre hablamos con el equipo, porque a esa hora hay 20 programas de información, o sea, tienes todas las radios informativas, la idea es darle un poquito la vuelta. Obviamente hablamos de Hermosilla, pero también tratamos de buscar otro tipo de personajes, actores, cantantes, humoristas, gente así que te dé una mirada de la actualidad. Tienes un entrevistado que es más duro, no sé, hoy día podríamos tener a Isidro Solís, ex Ministro de Justicia, para hablar de Hermosilla, pero también, por ejemplo, a Esperanza Silva, que representa a Chile actores y que tiene una mirada bien dura respecto a todo en general, buena entrevistada. Y eso mezclado con  mucha música y otros temas como el cine, la arquitectura”.

Has dicho que la música te mueve en la vida y es muy difícil dejar de sentirla en tu cabeza. ¿Qué es y cómo nace tu banda Enigma?

“Enigma, tiene 34 años, ¡imagínate! La formamos en el colegio, somos básicamente lo mismos, excepto el cantante. Lo que siempre digo, yo no concibo la vida sin ensayar, sin componer, sin grabar.

¿Dónde ensayan?

“Aquí, de ahí te lo muestro. Tenemos la sala de ensayo acá, también en mi casa antigua la teníamos”.

¿Por qué se llama Enigma?

“Fue un nombre que se me ocurrió a los 15 años. En ese minuto lo encontré que tenía fuerza, algo oculto, oscuro también, ininterpretable, un misterio”. Y el tipo de rock es Heavy Metal”.

¿Y Metallica, creo, es tu inspiración o algo así?

“¡Ah! Yo dije algo así, como que Metallica es como el modelo que tenemos de como funciona una banda, porque las canciones generalmente las componemos con el baterista, los primeros riff, los primeros acordes y sobre eso, viene el bajista, el cantante y trabajamos en conjunto. Metálica trabaja así, lo dije en ese sentido, pero las bandas que más nos han influido son el New of British Heavy Metal, Iron Maiden, Your Spring, Saxon, Fighters”.

¿Es un rock pesado, fuerte? Perdona mi desconocimiento.

“Tranquilo. Heavy metal, clásico, pero se han ido incorporando elementos nuevos. Hay una corriente más progresiva del Metal que nos gusta harto Fighters, Symphony X, bandas que nos gustan y el metal más pesado, el Thrash, o sea Metálica es como la parte más visible, pero hay un montón de bandas Mega, Slayer, Testament, Anthrax, esa línea”, Álvaro deja al Conductor de Noticias en alguna parte del jardín de su hogar y el Rock le aflora en la mirada.

¿Cuál es el mensaje de la banda Enigma?

“¡Ah! Para nosotros las letras son súper importantes, porque lo primero que definimos, cuando chicos, que iban a hacer en español, que era una rareza, porque el metal en general es en inglés. Y las letras las hacemos con el baterista, principalmente, que es sociólogo y yo soy periodista, entonces, siempre fue una cosa más contingente, más social”.

Y eso comparado con el metal ¿cómo encaja?

“¡No, bien, bien! No somos los únicos, también hay bandas que hablan  de la actualidad. Claro, pero el Heavy Metal tiene la caricatura que habla de la Edad Media, de los dragones. Y también hay harto de eso, pero para nosotros siempre están pasando tantas cosas que hablamos de lo que ocurre y hay una meta más existencial, un poquito más filosófica, mensajes dirigidos a un tema social, como actual, fuerte, potente.

Del disco nuevo hay hartas canciones, una se llama La Ira de Dios, que habla de la pandemia, de cómo nos cambió la vida; está también El Señor de los Infiernos, que es de Karadima, que toma el nombre del libro María Olvia Monckeberg, en el fondo toda esa decepción de ver cómo la iglesia, finalmente, amparaba a estos pederastas, que fue una crisis mundial de la iglesia. Entonces hicimos una canción que viene del disco anterior del 2016, que se llama Lo que Va a Venir, que es heavy, porque es todo lo que pasó después con el Estallido Social, que es como bien premonitoria, la verdad. Sí, yo como que después, cuándo vino el estallido, veía la letra de la canción y es heavy, no es que uno apoye el estallido, sino que uno veía que había como una olla a presión que estaba a punto de explotar”, nos relata reviviendo su asombro de lo que adelantaron con su música.

¿Proyección de la banda, qué se viene? Sabemos que han sido teloneros de grandes grupos extranjeros, pero ¿sus presentaciones?

“¡Sííí! Acabamos de sacar un disco en vivo que lo grabamos cuando teloneamos a Helloween, una banda alemana importantísima que se presentó en Movistar. Estuvimos en el Metal Fest, que es el festival más grande que hay en Chile y Sudamérica, creo yo; estuvimos con Angra, una banda brasileña. Vamos a grabar el cuarto disco de estudio y siempre estamos recorriendo el país”.

¿Van a Concepción, la capital del Rock?

“Sí es verdad, pero a Conce no vamos hace tiempo”, nos lo confiesa con un poco de culpa y la invitación para recibirlos queda hecha por parte de SuperMascotas que nació en esa capital hace 18 años.

¿Alguna novedad?

“Probablemente un disco bilingüe, porque nosotros tenemos un sello, un chileno que vive en Suecia, Pancho Escobar, Toxic se llama el sello, que siempre nos dice ‘anda bien en  España, anda bien acá, pero creo que andaría mucho mejor, sobre todo para los países de Europa Oriental, que son súper rockeros, si hiciéramos una versión en Inglés´. Así es que por primera vez lo vamos ha hacer en inglés, un disco bilingüe”.

¿Algún mensaje del tema Mascotas, Animales, Medio Ambiente en la música de Enigma?

“No la he hecho. Mira la Rafita, le tengo presente como en una cosa instrumental que me surgió, pero hay un montón de riff (idea musical) que han partido como canciones que le hacemos. Yo le canto todo el día, mi mujer también, cosas que inventamos y se han traducido como en riff que, finalmente, se transforman en parte de las canciones. De medio ambiente hay un par de canciones, pero sobre los animales en particular, aún no”.

Tal vez esa canción del cuidado de las Mascotas no está tan lejos. Quizás sólo falta conectar todos esos riff que ha inspirado el recuerdo de su perra Rafaela con otros que evoquen a su querido Cocki, en aquella loca carrera en bicicleta. Esa máxima prueba de destreza y resistencia que el pequeño Álvaro Paci, el futuro reportero del 13, supo ganarle impulsado sólo en el amor por su Mascota para no volver a perderlo.

Rodrigo Rincón González
Director Editor
Mix Medios SuperMascotas
Máster en Ciencias de la Información
Universidad de Navarra
rodrigorincon@supermascotas.cl

Alvaro Paci
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