Equitadora Alemana-Chilena: Svenja Grimm, El Sueño Olímpico

No caminaba y ya estaba sobre un caballo impulsada por la pasión de su madre. Fuerza superada por la hija de amazona que, desde pequeña, sentenció que un día estaría en los Juegos Olímpicos. Su constancia, su carácter de disciplina, esfuerzo e ideas fijas la hizo reencontrarse con ese sueño desde el fin del mundo que ella conocía.

Acompáñanos a conocer cómo ha sido ese camino y la preparación constante de nuestra flamante equitadora alemana-chilena de 33 años junto a su caballo, Doctor Rossi, para la gran cita Olímpica de París 2024 en los Jardines de Versalles.

Estar en lo alto lo aprende desde pequeña. Antes de poder caminar por sí sola, Svenja Grimm lo hace, tal vez, creyendo que sus pies se prolongan en las manos de los equinos. No ha cumplido los 4 años y su madre la lleva montada, pegada a ella, en la tusa de un caballo, vista al frente y susurros al oído. Comienza a traspasarle el amor y la pasión por estos animales y la equitación.

A los seis años le regala su primer pony, pero no se trata de recibir tan sólo su Mascota soñada, aceptarla significa ser responsable en todos los sentidos, porque “mi mamá me dijo ‘bueno tú vas a tener un pony (para entrenar), pero te tienes que hacer cargo de él también. Después de la escuela, las tareas y luego el pony’. Fue súper estricta y de esa responsabilidad de que es un ser vivo y hay que cuidarlo, aprendes mucho. Siempre fui muy madura en ese sentido, porque desde chica tuve responsabilidades y eso creo es algo importante cuando vas creciendo”.

Desarrollo acompañado del mejor escenario, el pueblo de Kuhstedt, suroeste de Hamburgo, (con sólo 500 habitantes), donde los niños practican el futbol y las niñas la equitación. Y si a ello le sumamos que en su hogar habían 2 caballos y éstos eran la pasión de la madre, entonces la pequeña Svenja parece destinada a ser una destacada amazona. A los 6 años ya estaba inscrita en un club de pony donde acude con sus amigas, pero a diferencia de ellas, la actividad para la futura equitadora chilena era supervigilada por su madre, Nicole Grimm.

Equitadora desde muy joven, abrazó la especialidad del adiestramiento individual, desarrollándola a nivel amateur, pero luego “empezó a dar prioridad a la familia y se dedicó a tener hijos, la familia. Además tuvo problemas de espalda que le impidieron seguir como ella quería. Creo que fue su sueño y a través mío se proyecta”.

¿Te fascinó este contacto con los caballos?

“¡Siempre! De hecho en Alemania lo llamamos una ‘fiebre’. O sea, la vives tanto adentro de ti, que una vez que te contagiaste, no hay vuelta atrás. Y cuando uno es joven te entrega muchísimo en el sentido de la responsabilidad”.

Entonces el concepto de tenencia responsable de un animal en Alemania ¿es algo natural? ¿No necesitan campañas especiales para reforzarlo?

“Va en los colegios, transmitiendo una educación sobre lo que significa un animal, que es una responsabilidad. Luego, pensar si puedo tener un perro, un gato, etc., no que es un regalo de Navidad, sino que viene con muchas responsabilidades y si uno no puede, no debe tenerlos y esperar el momento cuando sí sea adecuado y tengas las condiciones. Luego en Alemania, por ejemplo, se desarrolló un pasaporte para poder tener animales. Tienes que hacer un curso para saber cómo se maneja un perro, un gato, etc. y obtienes una aprobación, sólo con ese pasaporte tú puedes tener una Mascota”.

¡O sea! ¿Es como la licencia de conducir, pero para poder tener una Mascota?

“¡Sí! Una licencia para tener animales. ¡Es fantástico! Obviamente en el inicio todo el mundo pensó: ¡oh! ¡Que complicado!, pero creo que es para mejor, porque al final te obliga a aprender lo básico, además que hay un profesor que ve tu actitud con los animales”.

¿Cómo saltas a Chile?

“Tenía harto interés en otras culturas, en aprender otros idiomas. Entonces con el intercambio de estudios era la oportunidad y fui bastante valiente de elegir el país más lejos – Suelta una risa como aún no entendiendo lo que hizo -. Hablaba bien inglés y quería mejorar el español, entonces, cuando miré el mapa, tenía claro que si iba a España terminaría hablando inglés, porque todo el mundo va allá. Miré Latinoamérica y las opciones eran México, Argentina y Chile. En México pasaba lo mismo que con España al estar cerca de Estados Unidos y Argentina, tenía dos amigas que era su sueño y yo les dije ‘si vamos juntas, tampoco vamos a hablar español’. Entonces dije: ‘bueno, Chile será’(año 2013).

Siempre supe que era un país con mucha naturaleza, me parecía muy interesante, así que postulé y quedé para el puesto en Santiago, pero, por las huelgas, me dijeron: vas a Talca. Yo pensé, bueno voy a Talca y nunca googlee Talca, no hice nada, pensé que era una ciudad… ¡No! Cuando llegué a Talca, en febrero, no había nadie y ¡un calor! Era un pueblo vacío.

Yo dije, pero ¿dónde estoy acá? Y nadie hablaba inglés. Y bueno, eso es lo que quería. Me pregunté creo que como tres veces ‘Svenja, ¿tú querías esto? ¿Tú querías esto? ¿Tú querías esto? Nunca más vas a hacer una locura así’.

Tuve mucha suerte. La gente era muy amorosa, nos hablamos con manos y pies. Me dio un poco de susto al inicio, estaba como en un shock cultural. Me quedé en un barrio cerca de la universidad y me parecía todo como un poquito mucho y no sabía si era peligroso o no. Entonces fue como súper lindo que la dueña de la casa donde arrendaba, me tomó de la mano y me mostraba y había una chica chilena que también hablaba algo de inglés y el camino se empezó a dar”.

¿Qué viniste a estudiar

“International Business, Negocios internacionales. Y tomé unos ramos sobre Exportación e hicimos hartos proyectos y me di cuenta que hay empresas que buscan gente que hable idiomas y represente a Chile en el mundo. Entonces cuando volví a la Universidad en mi país y terminé mis estudios dije, voy de vuelta a Chile (2014), pero más que nada para tomarme un tiempo para visitar a los amigos que he conocido y vine pensando que iban a ser como unas seis semanas o algo así, conocer más Chile.

Recién llevaba dos semanas y la amiga de una amiga tenía un puesto en una viña y me ofrecieron el trabajo. Fui a la entrevista y me dijeron que sí, ‘si quieres’. Yo dije: ‘¡Ah! ¿por qué no? Es interesante, me gusta, no tengo otros planes’. Me quedé trabajando seis meses y postulé a la visa de trabajo.

Después me contactó una empresa de Head Hunter (cazador de talentos) y me ofrecieron un trabajo de gerente de exportaciones en Talca. Fui a la entrevista y el Head me había dicho que buscaban un hombre de tal perfil. Me dije, no soy nada de lo que buscan, pero voy a la entrevista: y quedé. Era una gran oportunidad, un cargo que me significaba viajar a Japón, China, Alemania, aprender muchísimo”.

Era lo que querías, para lo que habías estudiado.

“Sí, era parte de lo que quería, pero obviamente cuando tienes este cambio en tu vida y sabes que es mucho más cierto que te vas a quedar en Chile, empecé a volver a buscar lo que a mí me encanta, los caballos. Comencé a meterme en ese mundo, para hacer amigos, para conocer gente, para ojalá, quizás, encontrar donde seguir montando y de ahí, cuento corto (claramente, Svenja, también domina el idioma “chileno”) llegué acá (Fundo Tejas Verdes) y ¡me encantó! Hicimos una fase de prueba, para ver si realmente nos llevábamos bien y nos llevamos tan bien que decidimos hacer un proyecto juntos que, desde el inicio ha sido llegar a los Juegos Olímpicos.

Y era un compromiso grande, porque cuando tú como deportista decides llegar a los Juegos Olímpicos, o sea, necesitas dedicarle tiempo y necesitas entrenar. Y bueno, yo intenté durante un tiempo las dos cosas, el trabajo y los caballos, pero me di cuenta rápido que era imposible, entonces renuncié al cargo en la empresa” (2018).

¿Cuánto tiempo te demanda el entrenamiento?

“Son 4 a 5 horas diarias, porque no sólo trabajas con un caballo, necesitas varios caballos y a mí, al menos, me encanta desde chicos enseñarle todo, hasta llegar con ellos a lo más alto – Tiernamente llama la atención a su perro Casper que está ladrando –. Con un caballo no llegas a ser el jinete que necesita ser. Entonces, al final, yo viajaba, hacia las dos cosas, trabajo, entrenamiento, casa, etc. Pero luego venían las competencias y me decían que tenía que viajar por el trabajo y yo ya no podía viajar, entonces tomé la decisión que esto es lo que quiero, este ha sido mi sueño desde que ¡NACÍ! Yo les decía a mi mamá a mi papá ‘algún día voy a estar en los Juegos Olímpicos’ y me miraban con ojos de locos. Y, entonces, me di cuenta que había perdido ese sueño y cuando apareció este proyecto de Tejas Verdes, es como una llama que empieza dentro de ti y yo dije: yo quiero hacerlo”.

Lo que te propusiste de pequeña ya es un hecho, ya tienes el cupo a los Juegos Olímpicos. ¿Cómo lo vives hoy?

“¡No! ¡Y en sólo cinco años! ¡O sea! ¡Cinco años, es nada! Yo soñaba quizás con una participación en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles en 2028 (U.S.A.) ¡CASPER, BASTA! – Interrumpe nuevamente para llamar la atención, ahora más drástica, Svenja tiene carácter – Obviamente las dos temporadas que competí en Holanda y los éxitos y logros que obtuvimos en campeonatos importantes allá, fueron una excelente preparación para los Panamericanos y me hicieron soñar en grande, mostrándome que sí podría estar entre los mejores de la disciplina. Pero ¿qué iba a lograrlo ahora…? Era una locura, o sea, yo sabía que había una posibilidad, pero cuando realmente lo logré, ¡no lo podía creer! Y todavía como que todos hablan de París, París… Y como que ‘¡ah ya! Yo también voy’. O sea, no lo podía creer, de hecho cuando le conté a mi mamá y mi papá: voy a París. ‘¿qué vas a hacer a París?’, me dijeron. Juegos Olímpicos, les dije. ‘¡Ah! vas a ir a mirar’. No, voy a participar. Obviamente ellos sabían, entendían, pero no podían asimilarlo. Es como, no sé, es demasiado loco.

Son a fines de julio y principios de agosto de 2024 (26 al 11) y creo son los Juegos Olímpicos de ensueño para el mundo ecuestre, porque se desarrollan en los Jardines de Versalles. Lugar más bonito que uno podría imaginarse para una competencia de equitación”, el rostro de Svenja se ilumina, aún más, al transmitir lo que ha significado alcanzar este sueño.

¿Y el sueño de las medallas?

“Soy realista. En adiestramiento cuando tú sabes tu porcentaje, tú sabes dónde estás, siempre hay un grado que tú puedes mejorar. Hay harto que puedo mejorar y voy a llegar, ojalá, a un 74%- 75 % que me dé para estar dentro de los mejores que califican para la final de la música. Pero para ganar, hoy en día, hay que tener muchísimo más y no sólo depende de uno y del caballo, sino de muchísimo factores. Y yo creo que en este momento con Doctor Rossi nos falta para ganar la medalla en los Juegos Olímpicos”.

Pero en la vida todo puede pasar…

“¡En la vida todo puede pasar! Y nosotros somos de verdad y damos lo mejor de nosotros y vamos a intentar de llegar de la mejor forma posible, pero no soy alguien que dice voy a ganar la medalla de oro, porque soy bastante realista y sé que el universo tendría que alinearse de una manera muy loca”.

¿Cuál es el puntaje que están haciendo lo más altos?

“Están haciendo al redor de 90% en la prueba con música. Son jinetes que tienen una experiencia muchísimo mayor a mí y faltan sólo 6 mes para las Olimpíadas. Ellos tienen una gran trayectoria, por eso es cierto que era importante la presencia en los Panamericanos ante los jueces del adiestramiento. Influye muchísimo si te han visto antes o no. Entrarás a la pista en las Olimpiadas y dirán ‘¡ah! Es Svenja y Doctor Rossi, los conozco’. Y la manera en que te ven es muy distinta cuando sales con Svenja y un Doctor Rossi que nunca los han visto. Eso se construye con el tiempo, no de un día a otro. Si hablamos de cuatro años más, va a estar muy distinto y probablemente te voy a decir estoy peleando las medallas. Pero hoy en día lo estoy viendo como con más lógica y mi objetivo realista sería llegar a la final”. La amazona no se marea, la brújula del método, de quemar etapas que le entregó su madre marca su profesionalismo.

Doctor Rossi, que vimos hoy en pista ¿es caballo? ¿Por qué su nombre?

“Sí, es caballo, castrado desde los dos años (Raza Oldenburger, 12 años, sangre De Niro por Rohdiamant). Mario Vargas, que es mi patner en todo este proyecto, lo trajo cuando tenía dos años. Él es fanático de las motos de Valentino Rossi, entonces lo llamó Doctor Rossi (apodo del emblemático piloto del MotoGP). Y le queda el nombre, porque él es como bien especial, se cree importante, tiene carácter, muy seguro de sí mismo, le gustan mucho las competencias. En los Panamericanos le encantó que la gente lo aplaudiera y todo, le da como extra ego, le encanta, lo disfruta y eso es como muy divertido de él. Hay caballos que se estresan, se ponen tensos, él ¡NO! De hecho es como que entra ahí y dice ‘ya, este es mi momento’, tiene eso y me lo transmite a mí y me hace sentir más segura, porque siento mi caballo muy potente, entonces es muy buena la sensación”.

La relación con él parte cuándo

“Desde que llegué acá, hace cinco años atrás, que fue de hecho uno de los primeros caballos que yo empecé a montar. Era bastante joven y en el primer campeonato de Chile altiro (sí, Svenja, domina el “chileno”) ganamos el campeonato, como que desde ahí fue siempre mi partner y hemos crecido juntos”.

¿Cuál es la rutina de entrenamiento con Doctor Rossi y los otros equinos?

“Entrenamos cinco veces a la semana y dos días caminan, van a potrero, disfrutan. Luego, mucha educación física. Es como un deportista, necesita hacer músculo, condicionamiento, soltura, mantener el cuerpo como atlético. Las lecciones, los ejercicios, las competencias vienen como muy naturales. Cuando el cuerpo se siente fuerte, no es tan difícil de realizarlos y cuando lo tienes en tus manos y está contigo es como bastante fácil”.

¿Lo que nos regalaste hoy día más o menos en qué consistió?

“Hoy te mostré harto trabajo básico, jugamos con el ritmo, trabajando con que esté derecho entre la riendas, en las ayudas, que sienta completamente el control. Este trabajo es la clave al éxito. Y de ahí ejercicios de fortalecer, de tomar peso. Para mostrarles algo como los cambios de volante, para que vean cómo se ve cuando se hacen al final los ejercicios.

Un caballo como Doctor Rossi, que ya sabe todo, el problema no es que no sepa los ejercicios, el tema ahora es dónde se puede mejorar, que él pueda ser más fuerte, pueda tomar más el peso, pueda hacer ejercicios de forma más fácil, más suelto. Porque, obviamente, él se empieza a apretar, como uno cuando hacemos ejercicios. Él igual levanta pesas, al final su cuerpo queda un poco tieso, entonces hay que mantener la soltura. Y ese es el enfoque principal con él, mantenerlo como sano, mantenerlo suelto en su cuerpo que se sienta bien, que se sienta rico en su cuerpo y de ahí desarrollar algún otro ejercicio aún más armónico, más fácil, más correcto”.

Como todo deportista la nutrición es clave. En el caso del Doctor Rossi ¿qué es lo más especial?

“¡Uuufff! Es que pregúntame qué es lo que no tiene. – Todos reímos – Come alimento, traído de Holanda para caballos de adiestramiento. Suplementos para las articulaciones, músculos, vitaminas, tendones de la marca TRM. Tiene una dieta especial para el nivel en que está, hay que cuidarlo con todo lo posible. El herraje lo hace un experto francés que es bastante famoso ahora en Chile, Morgan Dufour, un artista en lo que hace, me ha ayudado muchísimo en que los caballos se sientan mejor. Tenemos una Veterinaria chilena, Consuelo Bittner y un Veterinario holandés, Willem van Kampen que es como el maestro que viene a ayudar. Un gran equipo, no hay egos, no hay problemas, todos quieren apoyar y la meta es la misma. Obviamente tenemos a Mario Vargas que no solamente es mi patner en todo esto, sino que también me entrena. Tenemos dos chicas argentinas que cuidan los caballos en todo momento y están a mi lado en las competencias Manuela Cuello y Florencia Bardeci y junto con Constanza Jaña y Fernanda Ruiz-Clavijo, los dos encargados de los establos, José Olea y Eliseo Guajardo forman un gran equipo. También contamos con la ayuda del especialista en nutrición de la marca TRM Pedro Caballero.

Junto a ellos, un Veterinario fisioterapeuta, Daniel Rozas, especialista en perros, pero nosotros lo transformamos en caballos. Es de Rancagua y nos encantó su trabajo en perros y le dijimos ‘no podrías hacer lo mismo en caballos’. Y hace cuatro años que está con nosotros haciendo fisioterapia y acupuntura con todas las máquinas que puedas imaginar para ayudar a la recuperación muscular y todo eso”.

¿Y tu preparación?

“Es intensa, porque es un deporte que no es sólo montar, sino también la relación con los caballos. Paso muchas horas en el establo y no me sobran muchas horas en el día, pero intento hacer gimnasia dos veces a la semana. Se trata de elongar, fortalecer las partes que quizás montando no usas tanto, para tener una mejor estabilidad, más soltura arriba del caballo. Si tuviera más tiempo, me gustaría hacerlo unos días más, pero – y aquí la amazona baja la voz -, muy honestamente, llego a hacerlo dos veces a la semana”. Su simpática confesión, genera nuestras risas.

¿Y tu nutrición?

“Sí, sí, he peleado harto con eso. La gente piensa que no nos preocupamos de eso, porque nos ven que estamos sentados sobre el caballo y no hacemos nada, pero la clave de eso es que se ve fácil, pero no lo es. Usas muchísima condición del cuerpo, músculo para hacerlo ver tan fácil. Tenía bastante problema al estar todo el día ocupada y no comer tanto, quemas muchísimas calorías, mantener mi peso no es fácil. Con nutricionistas nos enfocamos ahí: en qué comer, cuándo, cómo, en definitiva, comer bien. Y como soy deportista, como súper sano, no hay alcohol, no hay mucha azúcar. Entonces, cuando hay que comer, hay que comer proteínas y verduras”.

¿Cómo debemos presentar lo que es Tejas Verdes?

“Un establo profesional que se dedica a desarrollar caballos de alto rendimiento, donde tenemos hasta crías, pero las tenemos en Holanda. Traemos los caballos cuando tienen tres años a Chile, los empezamos a enseñar y educar para llegar al más alto nivel.

Para poder competir con países como Estados Unidos, Canadá o Brasil, los fuertes en el Panamericano, hay que ir donde está la competencia. Eso hacemos, vamos a Holanda a competir allá, con los mejores. Eso es lo que te hace crecer como jinete y a los caballos también, porque se acostumbran a las competencias grandes, se ponen menos nerviosos y uno como jinete también, obviamente.

Nosotros hacemos todo acá rodeado de 24 hectáreas plantadas con almendros, al borde del Cachapoal, aquí estamos en nuestro ambiente, tranquilos, concentrados y cuando tenemos un grupo de caballos en el nivel más alto, viajamos a Holanda por la temporada de competencia, luego volvemos acá a seguir trabajando lo que hay que mejorar”.

¿Cómo ves el futuro junto a Doctor Rossi?

“¡Muy bien! Es el inicio de un camino, porque recién este año tomé la nacionalidad chilena. O sea, recién este año se dieron las cosas, se abrió este camino y ya poder decir que estoy calificada para los Juegos Olímpicos, es fantástico. Pero aún así siento que es el inicio de un camino, que vienen muchos más años, muchas más competencias grandes, éxitos y, ojalá, algunas medallas para Chile”.

¿Qué te enamoró de Chile?

“¡¡¡Aaahhh!!! Fue como un amor especial. Lo primero que de verdad me sorprendió, que soy de una cultura mucho más fría, fue que la gente fue demasiado abierta y amorosa, mucha hospitalidad, fue muy fácil llegar a Chile y, luego, cuando comencé a viajar, ¡o sea! ¡La naturaleza, el país en sí, es hermoso!”

Me imagino que estuviste en el sur y sabes que los alemanes…

“¡Sí! ¡Y lo entiendo perfectamente! Me acuerdo haber llegado con el avión a Puerto Montt y dije ¡uy! se parece a Alemania, sólo aún más bonito, porque hay montañas, lagos, volcanes, es como súper exótico en ese sentido. Uno va a algunos pueblos y dice está todo como en Alemania. Yo me sentí en casa, los entiendo perfectamente a los alemanes que se quedaron en el sur. Siento lo mismo, si pudiera elegir, feliz viviría en el sur, pero lamentablemente, quedaría aún más lejos de todo. Para esto, estar cerca de Santiago es necesario, todo en Chile de caballos pasa principalmente en Santiago”.

¿Proyecto de familia?

“No, no tengo familia aquí en Chile. He hecho muy buenas amistades con las que siento estoy feliz de poder compartir con ellos. El proyecto familia, niños, no lo tengo tanto en el plan de vida porque soy bien ambiciosa en el tema deporte, tengo una visión y no veo por ahora dónde podría acomodarme un tema familia”. Nos sentencia con claridad.

Rodeados por un interminable parque en el fundo Tejas Verdes, sentimos con fuerza que tenemos el privilegio de hablar con una promesa Olímpica. Svenja Grimm se ha ido construyendo con cada paso, en cada estudiado movimiento desde aquel día en que su madre la alzó al lomo de un caballo y comenzó a mirar y soñar desde lo alto. Quién sabe, tal vez porque desde pequeña no supo tener los pies en la tierra, es que la ya equitadora alemana-chilena no se conforma con menos y siempre busca conseguir sus sueños.

Rodrigo Rincón González
Director Editor
Mix Medios SuperMascotas
Master en Ciencias de la Información
Universidad de Navarra
rodrigorincon@supermascotas.cl

Svenja Grimm
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