Integrada y Menos Contaminante: Producción Agropecuaria Más Limpia

Elegir ventana es la única alternativa aceptable si vamos a viajar por Chile. Son más de 5 mil kilómetros de paisaje que cambia de colores, texturas, siembras, cosechas y frutos a cada kilómetro. Un espectáculo de la naturaleza que es imperdible, más aún si eres un estudioso de la materia.

Ello adquiere mayor fuerza si consideramos que las Ciencias Agrarias abarcan una multiplicidad de áreas que contribuyen, con su desarrollo y estudio, a proveer y garantizar diversas herramientas para minimizar los impactos ambientales, generados por la producción agropecuaria (agrícola y ganadera).

En los últimos años, se ha extendido en los huertos la implementación de la Producción Integrada, estrategia que consiste en la producción de alimentos inocuos de alta calidad, minimizando el uso de agroquímicos y sus efectos secundarios, con el objetivo de promover la protección del medio ambiente y la salud humana. Así, la disciplina contempla tanto el control químico, biológico y cultural dentro de los manejos de un huerto. Por ejemplo, en lo que respecta al control químico, el uso indiscriminado de agroquímicos puede conllevar a la resistencia por parte de agentes causales de plagas y enfermedades, siendo lo ideal rotar ingredientes activos y seguir al pie de la letra las indicaciones en etiqueta. Asimismo, se debe promover la utilización de productos selectivos, que eviten el daño a abejas y enemigos naturales de plagas.

En cuanto a control biológico, es posible realizar liberaciones de enemigos naturales, o bien, implementar corredores biológicos que promuevan la sobrevivencia de éstos, lo que permitiría disminuir la densidad de las plagas y, por ende, reducir el número de aplicaciones. Por último, en materia de control cultural, esto dependerá del cultivo y problema en cuestión, pero un ejemplo de ello es la rotación de cultivos, la cual permite interrumpir el ciclo de ciertas enfermedades.

Producción y Menos Huella Carbono

Unido a la producción integrada, en la actualidad hoy también cobra fuerza la reducción de la huella de carbono, lo que resulta fundamental en distintas actividades agropecuarias. Un concepto muchas veces escuchado, repetido, pero ¿qué es esta huella? Es una de las maneras que existen para medir el impacto que provocan las actividades del ser humano en el medio ambiente. Para saberlo, su medida se obtiene de un recuento de las emisiones de dióxido de carbono liberados a la atmósfera. Así, además de aportar con el cuidado de lo que nos rodea, se logrará que los productos chilenos generen una menor huella de carbono. Ello potenciaría su marca haciéndolos más competitivos a nivel internacional, con todas las positivas implicancias para el desarrollo del país en su conjunto.

En esa línea, diversas viñas chilenas han efectuado múltiples acciones para la reducción de su huella de carbono, a través de la implementación de iniciativas de eficiencia energética, disminución de aplicaciones de pesticidas y reforestación de bosques con árboles nativos, entre otras.

Entonces, si bien la producción agropecuaria es uno de los responsables de las contaminaciones y el cambio climático a nivel mundial, claramente está en nosotros mismos saber usarla, para ser capaces de contribuir con soluciones claves y sólidas que minimicen los problemas y el impacto que genera su desarrollo en el medio ambiente, sin cuidar las consecuencias de su crecimiento.

Constanza Fritz
Columnista Invitada
Ingeniera Agronoma
San Fernando

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