Juan Falcón: El Bandolero de la Vida

El talento de las tablas, de la actuación televisiva y cinematográfica, el niño cubano que nació para ser artista de la Habana exportado a Chile, Juan Falcón Marcial, nos recibe para contarnos en que está el recordado galán de innumerables teleseries y películas de reconocidos directores.
Hoy, en su estancia a las afueras de Santiago, junto a su pareja, impulsa un novedoso y único negocio gastronómico: uno que te permitirá invitar a 10 ó 25 amigos a un almuerzo o cena preparada y servida por el propio Juan Falcón.
Hasta ahí llegamos para saber porqué ya no podemos verlo en pantalla. Ahí pudimos conocer el amor por la naturaleza y sus perros Ron y Capri que, sin duda, impulsan con fuerza esta nueva etapa en la que, día a día, cual bandolero de la familia Pincheira, le roba a la vida cada segundo para seguir construyendo su mejor momento.

Cueva de Los Pincheira y la fuerza de Delfín Molina no es suficiente para lograr zafarse de las amarras impuestas por sus propios hermanos y montar su caballo para ir a hacer justicia. Una de las recordadas escenas del galán de películas y teleseries, el actor cubano, Juan Falcón. Hoy retirado de las pantallas por nuevo desafío, pero, quizás, un poco cercano a ese personaje de la telenovela Los Pincheira (TVN 2004), viviendo en el campo en su estancia, cual caverna, donde se refugia para ofrecer a un exclusivo público un servicio gastronómico en un lugar íntimo y encantado. Almuerzos y cenas para grupos de amigos, no más de 25, reunidos junto al fuego, a un lado del camino, en las cercanías de Santiago.

            Serpenteando la ruta de Lonquén, hasta ahí llegamos y, la verdad, sólo nos faltó el santo y seña para que nos abrieran el portón del último tramo. Al fondo, a una cuadra, su morada desde hace 6 años donde junto a su pareja, la artista, Jocelyn Urzúa @joceurzuaoleos, a partir de abril han comenzado a dar forma a su nuevo desafío, @juanfalcon.quinchoboutique. Un concepto gastronómico novedoso e irrepetible, pues quien te cocina y sirve tu mesa es el propio Juan Falcón.

            Gracias a nuestro Cámara, Jorge Ruiz Ruiz, como ya saben, El Niño Ruiz, las puertas se abren y quedamos frente a la fachada de una casa estilo colonial patronal, donde las tejas, el blanco y la madera se combinan con plantas, árboles y decoración que te lleva a Cuba. Luego, aparece en escena nuestra nueva Portada: descalzo, pantalón de buso a rayas, cual presidiario; polera y pelo largo suelto. Nos acercamos y nos saluda con verdadero interés, como siempre he visto caracteriza la forma de ser de un Cubano, humano. El saludo no es por cumplir un ritual, concentra su cuerpo en hacer contacto visual, en dar la mano con sentido y esperar tu respuesta a su bienvenida.

            Nos explica que tiene un grave problema en un baño, “¡la casa está hecha un desastre! Con agua por todos lados” y que debe solucionarlo, si no para él la situación se puede complicar, aún más, con su pareja. Ya comenzamos a reírnos.

            Al rato vuelve con un flexible en las manos, el causante de su casi dolor de cabeza en domingo. La pieza se cortó y no le da el largo, las ferreterías más cercanas “seguro están cerradas”, nos dice. Pero antes de seguir de espectadores, nos ofrecemos a salir a buscar y encontrar la extensión a cómo dé lugar. No muy convencido de nuestro éxito en la diligencia, abre el paso a nuestros caballos… perdón, pero ya a esas alturas, también nos vamos creyendo el cuento. Regresamos con el flexible, pero sin una pieza clave. El resto lo logra el ingenio del actor y su agobiante necesidad de solucionar el problema.

            Escena, no actuada, que retrata su vida hoy, tras decidir alejarse de la televisión y optar por un proyecto propio que le permita tener calidad de vida junto a su pareja, alejado de Santiago, rodeado de naturaleza y en la compañía de sus dos perros: Capri y Ron. Porque la naturaleza y los animales han estado desde que tiene memoria, desde perros hasta una gallina, como Mascota y los caballos nunca han faltado, su animal favorito 

            “¡Me encantan los caballos! Puta, los equinos, encuentro que son un animal maravilloso. Y de hecho anduve mucho tiempo a caballo. Bueno, en teleseries además, y desde chiquitito, son preciosos. Tuve varios animalitos (en Cuba). Caballos nunca pude tener porque, bueno, el costo y el lugar donde vivía, tampoco daba para tener uno, pero sí tenía acceso para andar a caballo y caballos de la televisión. ¡Me encantan los caballos!”.

¿Hay una relación con Mascotas que te haya marcado?

            “No, así que me haya marcado… Pero tuve un perrito, una San Bernardo, como 15 años atrás y que era maravillosa. Llegó así (hace el gesto con las manos) hecha un ovillito a mi casa, después falleció. Le dan infarto, cosas así, a esos perritos. Pucha, sí, se echó harto de menos”. Juan Falcón, el rudo galán, se emociona y hace la pausa.

            “Después tuve dos de estos amarillitos, como se llama la raza… Labradores, que llegaron chiquitos a la casa, cuando vivía en Vasco de Gama. Y fueron un desastre, porque se comenzaron a meter debajo de la camioneta y se empezaron a comer ese papel plateado, los tuve que regalar. Cuando me cambié a la casa de El Arrayán (Lo Barnechea, Santiago) tuve un Fila Brasilero, la Lucy, que era encantadora y ahí tuve el primer Boyero de Berna, porque este Boyero (Ron) es bisnieto de él”.

¿Cómo es tu relación con Capri y Ron?

            “Buena. La verdad que yo no le dedico mucho tiempo. Están en su patio, son libres, se les alimenta y se le saca cuando hay gente. Tú viste que no hacen nada si estoy yo, pero tu viste que son un desastre. Como son demasiado libres, es como soltar una manada de elefantes”.

No les dedicas demasiado tiempo hoy, pero se lo dedicaste cuando cachorros.

            “Sí, de hecho el Ron, cuando llegó, vivió dentro de la casa en una pieza pa allá atrás, porque era muy chiquitito y el otro le podía hacer daño, el Capri, que ya era un poco más grande y no lo toleraba mucho y ahí estuvo hasta que ya tuvo tamaño para enfrentarse al otro y lo soltamos. Pero durante ese tiempo dejaba la cagada, le poníamos papel para que hiciera pipí, caca; pero qué, nada: pipi, caca todos los días, por todos lados, había que limpiar mucho y era una pieza grande”.

¿Aconsejas poder desarrollar una relación con Mascotas?

            “Sí, yo creo que las Mascotas son maravillosas, siempre te alegran la vida. Son un gasto enorme en este minuto, porque todo lo que es alimentación, peluquería, la verdad es que lleva su plata. Y lo ideal es alimentarlo con un buen alimento y tener las vacunas al día y todos sus tratamientos y hay que considerar que se enferma, tienen su cuidado. Al Ron, por ejemplo, hay que pelarlo todos los años, porque si no se hace un nudo. Entonces viene su peluquero acá y lo deja que parece quiltro y después se vuelve a poner así para el invierno y para el verano lo volvemos a pelar”.

¿Qué debería tener quien quiere tener una Mascota?

            “Si son Mascotas así de grande… Bueno, Jordi Castel tenía Boyeros de Berna dentro de la casa… Yo no me imagino a Ron dentro de esta casa, porque acabaría con todo. A lo mejor le enseñó desde chico y lo crió adentro, pero yo los veo más felices en un patio grande, donde puedan correr. Los perros encerrados en la casa a mí me dan un poquito de cosa, al menos que sean esas cosas chicas que los meten a cualquier parte. Mi suegra tiene uno, el Copito, y tiene como cinco gatos. Y el Copito duerme arriba de la cama, ya el Copito le echa la achorada a mi suegro, porque se cree el dueño de la cama… No, para uno es mucho mejor que andan sueltos y que, además, cuiden, aunque no muerdan, pero que ladren”.

¿Por qué los nombres?

            “El Capri era el nombre que traía de donde me lo dieron. Se llama Capricho, pero… decirle Capricho (lo pronuncia en tono arrastrado al final, era con un poquito mucho, entonces lo dejamos en Capri”. Se ríe y todos con él.

¿Por qué era como un poquito mucho?

            “Porque es largo, no sé y Capricho, no sé. Es que la dueña que me lo dio era española y ella lo pronunciaba la raja, Capriiiiiicho (la imita colocando una voz de mujer y en un perfecto español dando un sentido femenino al nombre). Pero yo no me veía diciéndole ¡¡¡Capriiiiicho!!! ¡¡¡Ven Capriiiicho!!!  A un perro grande, imponente y, entonces, Capri creo que le viene mejor”. Tras su rapidez, ritmo y pronunciación a la hora de contar el origen del nombre, todos estallamos en risa.

            “Y Ron, pucha… (se ríe). Bueno, porque me gusta el ron. Y si tú ves, el estado de ánimo de él, es como que está curado siempre, no para, tiene un estado de embriaguez constante, entonces le viene muy bien el nombre”. Las risas no paran.

Hablaste del costo de alimentación a la hora de tener una Mascota, pero sabemos que Ron es un tipo famoso, ¿tiene auspicio?

            “Bueno, Ron es rostros del alimento Appetit. Producto que fabrica un amigo con otro socio. Ron es el modelo de las bolsas y yo les publico cosas en mi Instagram. Appetit siempre ha estado, sin ningún problema para la alimentación de los dos. Y que ¡comen, comen, comen! La idea no es que si no tengo el alimento comprarles uno más barato, la idea es que se alimenten y se alimenten bien, con un muy buen alimento. Tú ves que comen ese tarrito (tazón de plástico con el que estuvimos jugando para la sesión fotográfica), uno en la mañana y uno en la tarde y con eso es suficiente y están maravillosamente bien, son felices”.

Vives rodeado de naturaleza y uno tiende a pensar que los cubanos lo llevan en la sangre…

            “Me encanta y me encanta la playa y el campo. Ahora, creo que el campo es mucho más tranquilo. Acá no hay ruido, no hay nada. Yo creo que la costa es siempre mucho más… Llega más gente a vacacionar. Buscamos fuera de Santiago y algo cercano y aquí encontramos y felices… Todos los días estamos viendo que la plantita, que si está, que si creció, qué vamos a poner, dónde lo vamos a poner… Y nos encanta, coincidimos también en eso con la Jose.

Y el hecho de venirte a vivir, acá es por eso, principalmente.

            “Escapar un poco. Soy un poco ermitaño, de repente hay meses en que no salgo de la casa, porque me gusta aquí, maestreaaar… Tengo mi tractorcito, cortó mi pasto, por supuesto con mi vasito de ron al lado – se ríe – Y compramos los arbolitos y cuando se puede se poda. Tenemos a Paulino, que es un amigo de Haití, que trabaja con nosotros hace tiempo y cuando hace falta él viene y me ayuda también con las cosas más pesadas, abrir hoyos y poner árboles. Es harta pega, tú viste que hoy ustedes llegaron y se había reventado un flexible de una llave y se inundó todo y ahí estaba yo, cambiándolo. Pero me gusta, fuera del estrés que significa que está todo el piso mojado, inundado, es entretenido. 

            Y, de hecho, todo lo que se ha realizado acá en el quincho boutique, en este emprendimiento nuevo, estoy yo en eso, por eso tengo los deditos con marca de tornillos, de porrazos en las manos, con callos, pero me entretengo mucho. Me levanto temprano y le doy, le doy hasta que lo voy a sacar”.

¿Por qué no estás haciendo teleseries?

            “Decidí aislarme un poquito. No hay mucha oferta de teleserie y cuando hay algo, la verdad, es que lo que pagan no sale muy a cuenta versus el esfuerzo que hay que hacer para levantarse temprano, porque no estoy cerca. Entonces, viajar, el taco, bencina, taxi… Vai sumando y el desgaste de uno, de lunes a sábado… Antiguamente, claro, había un presupuesto mayor para teleseries, los sueldos eran mejores. Y no es que yo me niegue a hacer teleseries, pero si en algún momento hay una buena oferta y yo digo ¡puta! vale la pena. Pasa por eso”.

¿Cómo nace @juanfalcon.quinchoboutique?

            “Es a raíz de eso, porque si no están las condiciones para la pega y, la verdad, la plata no cae del cielo, uno tiene que seguir manteniendo lo que tiene. Entonces a mí, que siempre me ha gustado cocinar cuando vienen los amigos… Yo soy el que cocina, el que atiende a la gente, soy de poco comer, porque me gusta más ver a la gente comer, me gusta picar mientras cocino y todo. Así es que, por qué (dijeron) no hacemos esto. Teníamos el quinchito, hicimos una página de Instagram y por ahí empezamos. Y fue increíble, porque en un mes teníamos más de 5.000 seguidores y ahora estamos en 16.000 y tantos y con harta reserva.

¿Tuviste un restaurante?

“Sí, pero ahí me fue como las hueas”. Las carcajadas revientan.

“¡No, no! He tenido dos restaurantes con socios y, las dos veces, he salido trasquilado. ¡Mal! Pero cuando eso, yo estaba haciendo teleseries, entonces era muy complicado estar ahí. El desgaste era alto y después me di cuenta que me robaron como les dio la gana. Entonces, ¡no! Ya los proyectos ahora son de uno a la capacidad y en la medida en que uno puede hacerlo y hasta ahí llega”.

¿Dentro de tus personajes, alguno que acerque a lo que hoy es tu emprendimiento?

No, la verdad que ¿alguno como anfitrión, cocinero? Ninguno.

Y en los almuerzos o cenas, ¿los comensales recuerdan tus actuaciones, te piden alguna interpretación?

            “No, la verdad que tampoco es la idea, no soy ningún personaje, soy yo el que los está atendiendo. Sí, surgen comentarios de tal teleserie y, a veces, muchas veces, yo no me acuerdo de cuál teleserie es. No, no he llegado tanto como a ofrecer dentro del menú una representación, además que los personajes son de los canales, cómo voy a publicar después una imitación”.

Y cómo va eso. ¿Hoy se pagan las repeticiones?

            “Sí, hace rato que están pagando, se pagan derechos de imágenes. Que antes nos pagaban sólo las repeticiones, un porcentaje en la primera repetición, otro más chico en la segunda, otro más chico en la tercera y después quedaba el canal dueño. Ahora se paga siempre un porcentaje de tu salida del tiempo que sales en pantalla, pero siempre el mismo, para siempre”.

Ese antes, ¿podríamos incluirlo en lo que ha sido el reclamo de gran parte de la sociedad chilena por el abuso de algunos sectores?

            “Es que hasta que no salió Chile Actores @somoschileactores, hasta que no se armó y empezaron a pelear que se pagaran derechos, como se pagan en todos los países… México, los grandes países, hasta Argentina paga buenos derechos de imágenes. Y ellos (Chile Actores) lo pelearon y lo ganaron. Lograron que los actores tuviéramos este derecho, como la música donde hay derechos que, donde quieras que lo pongan (la música) le llegan unas luquitas. Si es tu trabajo”.

Y ¿cómo ves a Chile en relación a los aspectos laborales en función de otros países?

            “Yo creo que ningún país respeta los derechos laborales. Yo creo que empezaron antes que nosotros a exigir derechos laborales y los tenían antes que nosotros. Los argentinos tienen un sindicato de actor antes que nosotros, ¡de la puta madre! Mira, los sindicatos en Estados Unidos son heavy, acá se confunde mucho la palabra sindicato con algo político. Yo creo que tiene que ver con la historia de este país de los últimos 30 ó 40 años, donde todo es política, es rojo o azul. Entonces el sindicato siempre suena a comunismo y no es así. Los partidos se lo apropian (de izquierda) y por lo general, a la derecha, no le gustan los sindicatos, lo cual es un error de ellos, porque un buen sindicato, lo que hace es que todas las partes funcionen. Nada, aquí se está consiguiendo ahora y queda mucho por conseguir, pero se ha avanzado bastante desde que yo llegué (19 de abril de 1990) y empecé a trabajar en la televisión”.

Por el hecho de ser Cubano ¿tuviste problema en Chile y la carga política del comunismo, Allende que representaba para un sector en esa época?

            “La verdad que era un poco molesto, pero yo, en realidad, no he participado mucho en política. Tengo mis ideas que, básicamente, son tirás a la izquierda. Pero en defensa un poco de donde nací donde me crié, con el viejo dicho que mi madre es puta, pero es mi madre y yo siempre la voy a defender. Y yo sin eso que me dio Cuba, jamás podría haber sido lo que soy ahora. Porque me educaron, me mantuvieron. Mi padre era un obrero, mi madre hacía aseo en un jardín infantil. Entonces en una sociedad como ésta me habría costado mucho. Cuba, me lo dio todo. Y yo encuentro que está muy bien como concepto el comunismo y el socialismo, están muy bien, se equivocan en miles de cosas como en las que se están equivocando ahora, un poco se están pisando la cola, hasta represiones que yo no viví nunca. Yo viví una infancia muy bonita en Cuba. A lo mejor no tenía carne todos los días ni Coca-Cola o chicle o chocolate, pero nunca me faltó nada para comer ni para estudiar y fui más feliz que la cresta”.

¿Cómo defines el sistema político en Cuba?

            “No no, ahora yo no hablo. Por eso te digo en algún momento yo no hablaba ni de derecha ni de izquierda, yo hablaba de Cuba como país, lo que me pasó a mí. Cómo hay gente que todavía sigue defendiendo a Pinochet, porque sin haber participado, sin haber matado, torturado, le fue bien. O sea, tuvieron una posibilidad, un nicho… O sea, si mañana vienen y me dicen que Cuba está llena de muertos bajo las calles, o sea, demuéstramelo y ahí yo voy a ser crítico de eso también. Cómo soy crítico ahora de las protestas, que se reprima a la gente a palos. No está bien, no es la idea de lo que a mí me dijeron del socialismo cubano”.

Que se estén pisando la cola, ¿lo lamentas?

            “O sea, es que en todos lados. Al final qué funciona mejor, el comunismo, el socialismo, el capitalismo o esto que tenemos acá en Chile. Yo creo que al final no son los ideales políticos, yo creo que al final el ser humano está cada vez más malo, más feo, más egoísta. Bueno y con todo esto que la vida familiar murió, todos están en la redes, la gente está muy para sí, entonces todos se equivocan.

            Es complicado, porque uno acá dice estallido social, efectivamente, hubo mucha gente que lo está pasando mal, que se sienten pasado a llevar, que nunca les llegó la alegría famosa, pero esa misma gente no veo por qué tienen que quemarle el kiosco al viejo de Plaza Italia. ¿Por qué quemaron iglesias? Yo no creo en Dios ni nada, pero no me parece bien que se queme una iglesia, es patrimonio, es parte de la vida, de la humanidad. O que agarren a una carabinera y le peguen entre 10 hueones en el suelo, por mucho odio que le tengan a Carabineros y más si es el día de la mujer, dónde está la famosa sororidad, cosas que yo no entiendo. Pero te digo, va en el ser humano y pucha, tiene que haber mecanismo de represión en todo, para controlar, porque si no seríamos una turba, no sé po, rara, nos comemos entre nosotros. Y cada uno le parece bien o le parece mal según su ideal, su color político”.

Y según lo que ves en Chile, ¿nos hemos alejado del Estallido Social?

            “Uuufff, – mientras enciendo otro cigarro –  Es que hay un Chile distinto del que yo llegué el año 90 el 98. Era un Chile completamente distinto al que se está viviendo ahora, que tiene que ver con todo lo que está pasando en el mundo también. No sólo Chile, está pasando en todos lados. Por eso yo te digo, no es un problema ni de Chile ni de Cuba ni de Estados Unidos, ni de izquierda ni de derecha, es un problema del ser humano que está cada vez más egoísta y más agresivo”.

Por eso te digo, tuvimos un Estallido Social, han pasado 3 años, ¿nos hemos alejado de ese estallido?

            “Yo creo que perfectamente podría haber otro. El primero fue porque estaba Piñera, perfectamente podría haber uno en contra del presidente Boric, porque hay muchas cosas que no se han solucionado. Y tú ves el juego de los políticos: ‘¡no, que tú dijiste…!’ Y nunca se ponen de acuerdo, pero la gente se sigue ¡mamando un huevo! ¡Es que cómo no se dan cuenta!”

¿Y el proceso constituyente?

            “¡Fue un fiasco! El mismo Rodrigo Rojas Vade, que salió diciendo que tenía un cáncer y que después todo fuera mentira”.

Y cuando dices que fue un fiasco ¿te refieres a eso y a ese proceso o te refieres al todo?

            “Al todo, porque la gente sigue esperando, el Fisco sigue pagando con las lucas nuestras a huevones que no se van a poner nunca de acuerdo”.

¿Tienes claro cómo vas a votar el 17 de noviembre?

            “No. Tengo que ver primero qué se escribe y ver qué voy a votar. Uno podría haber estado muy consciente de votar, según sus pensamientos en la primera y decir ‘tengamos una Constitución nueva’, pero después de lo que pasó, uno dice: ‘no, a ver, ¡para, para un poquito! Veamos’. Porque ya uno no le tiene confianza a ningún político ni de derecha ni de centro ni de izquierda. Yo quiero ver qué es lo que están proponiendo, que creo es una mejor forma de funcionar que abanderarse con una corriente, con un ideal”.

Y dentro de ideales y lo que es Chile ¿cómo lo ves en las políticas medioambientales y los animales?

            “Las políticas medioambientales es complicado también, porque las lucas mandan todo, pasa por lo mismo. Es muy raro también, porque quieren poner una mina en un lugar que no se puede, pero ya todo estaba listo. Y son unas peleas que tú decís, ‘pero si no se puede, vas a contaminar…’ Es todo muy raro. Entonces entiendes cuando las personas estallan y es un lindo estallido cuando pasan 2 millones de personas alzando la voz, pero no estoy de acuerdo con el estallido que destruye”.

¿Agradecido de vivir en Chile?

            “Sí, yo tengo mi vida, aquí tengo mis hijos. En algún minuto con la Jose pensamos en irnos a vivir a Cuba. De hecho tenemos un departamento allá, pero aquí en Chile tengo historia de trabajo, familiar, tengo mis cuatro hijos, un nieto. Después de 33 años, claro tengo familia y todo (en Cuba), pero que al final está como un poco desconocido. Hay niños que yo no conozco, sobrinos, sobrinos nietos que los veo y me dicen ‘tío, hola’, sí, pero no tengo el efecto que tiene la Jose por su sobrino, por ejemplo, que lo vio nacer y que lo ve seguido; entonces es raro”.

¿Alguna posibilidad de que se te vea en pantalla?

            “La posibilidad va a ser de algún proyecto interesante no sólo artísticamente sino monetariamente, porque uno tiene que seguir viviendo y tiene que hacer cosas que le guste. En algún momento uno trabajaba y hacía lo que te pidieran por lucas y por crecer en la vida, pero uno llega a una edad en que dices pucha, lo que necesito ahora es pa mantenerme, pa estar bien y no pasar miseria. El resto sería para tener más y desgastarse uno.

            Creo que la edad de los 65 de la jubilación es muy lejana, hay que jubilar y hacer lo que uno quiere mucho más temprano en la vida, para disfrutarlo bien”.

            Entonces, llega el momento de alimentar a sus perros y el actor nos invita a ver una de las gracias de Capri, quien tiene una elegante manera de pedirle más alimento Appetit. Una escena que pudimos captar y puedes ver en nuestras redes sociales.

            Sin lugar a dudas, un instante que forma parte de ese disfrute de la vida que ha elegido el reconocido actor cubano, Jua Falcón, liberado ya de las amarras de los Pincheira y dueño absoluto de una escondida morada donde atesora el mejor botín: disfrutar la vida con su pareja haciendo lo que le gusta rodeado de naturaleza y sus animales. 

@juanfalcon.quinchoboutique

  • Almuerzo o cenas donde vas a comer lo que tú pidas con tus amigos o familia.
  • Máximo 25 y mínimo 10 personas.
  • Juan Falcón personalmente te llama y toma tu cotización. Momento en que debes decir qué comida quieres, no preguntar qué es lo que él cocina. El menú es dirigido a lo que tú deseas. En ese minuto se hace la carta desde el aperitivo, hasta el plato de fondo, sus acompañamientos, el postre, los vinos y licores.
  • Concepto boutique, porque todo está pensado hasta en su más mínimo detalle gracias al trabajo en conjunto con su pareja, la artista Jocelyn Urzua @joceurzuaoleos.
  • Ambiente: familia o un grupo de amigos compartiendo con Juan Falcón, quien no sólo toma tu cotización, él te cocinará, te recibe y atiende. Lo verás en la parrilla, en el bar, en la cocina. Beberá contigo, bromeará y picará a tu lado.

Rodrigo Rincón González
Director Editor
Mix Medios SuperMascotas
Master en Ciencias de la Información
Universidad de Navarra
rodrigorincon@supermascotas.cl

Juan Falcon
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